| sábado, 28 de junio de 2003 | "Parece el hermano mayor" Bagdad. - La prensa mundial saludó como un viejo amigo al ex ministro de Información iraquí Mohammed Said al Sahaf, quien se entregó a las tropas estadounidenses tras el fin de la guerra para descubrir que en realidad no era buscado por las fuerzas de ocupación. Después de su liberación, Sahaf contó su historia a dos emisoras de televisión árabes. Ayer, era el principal tema de conversación en los cafés de Bagdad, incluso si sólo pocos habitantes de la capital iraquí pudieron verlo debido a los cortes de electricidad.
Entrevistado por los canales Adbu Dhabi TV y la cadena Al Arabiya de Dubai, creada para competir con Al Yazira, Sahaf, de 63 años, se mostró notablemente envejecido desde su última aparición pública antes de la caída de Bagdad, el 9 de abril. Vestido con ropas civiles, su expresión era cansada y demacrada y su pelo totalmente encanecido, un obvio contraste con el hombre bronceado y de pelo negro en traje de fajina y boina negra que tres meses atrás atendía de buen humor a la prensa en Bagdad.
Sahaf se ganó el apodo de "el cómico" por sus afirmaciones groseramente incorrectas sobre el desarrollo de la guerra y sus incendiarias descripciones del enemigo. La víspera de la caída de Bagdad aún afirmaba que los estadounidenses no habían entrado en la capital, cuando los tanques estaban ya sólo a unos cientos de metros de él. "Parece el hermano mayor del todopoderoso ministro de la época. Está más delgado, más cansado y sus cabellos están ahora totalmente blancos", comenta Wissam Al Ani, el propietario de un café de la avenida Karrada Dakhel.
En las entrevistas, el ex ministro de Información no quiso desdecirse de lo afirmado durante la guerra. "Con el tiempo, la verdad sobre lo que realmente sucedió en Bagdad saldrá a la luz", anunció Sahaf. Quizás el mundo pueda conocer mejor su versión cuando se publique el libro que dijo estar escribiendo. Su expresión más famosa para calificar a los norteamericanos fue "uluj", una palabra árabe cuya significación va de descreído a sanguijuela, pasando por bestia.
Sahaf tuvo el dudoso honor de ser calificado como genial por el presidente estadounidense George W. Bush, el hombre al que Sahaf tildó de villano, infiel, mercenario, estúpido, bastardo chupasangre y patán colonialista. (AFP) enviar nota por e-mail | | |