| sábado, 28 de junio de 2003 | Washington promete no torturar a sus prisioneros Washington. - El Pentágono prometió que Estados Unidos "no permitirá, no tolerará ni alentará la tortura de parte de sus empleados, no importa cuáles fueran las circunstancias", a través de una carta enviada ayer al Congreso. El presidente estadounidense George W. Bush, divulgó el jueves un comunicado en el que comprometía al país en la lucha contra la tortura a nivel mundial y a "tomar el liderazgo de esa lucha con el ejemplo".
El mensaje fue celebrado por las organizaciones de defensa de los derechos humanos, varias de las cuales habían pedido a Washington que respondiera a las informaciones de prensa según las cuales se "pone a prueba a sospechosos".
"El presidente y el Departamento de Defensa rechazaron sin equívoco el recurso a cualquier técnica de interrogación de sospechosos que represente un tratamiento cruel prohibido por la Constitución estadounidense", se congratularon a través de un comunicado común, firmado entre otros por Human Rights Watch (HRW).
Según el influyente diario The Washington Post, dos detenidos afganos murieron en diciembre pasado en un centro de detención estadounidense en la base de Bagram, al norte de Kabul, en Afganistán. Uno murió de un ataque cardíaco y el otro de una embolia pulmonar, según informes de médicos militares, de acuerdo al diario, que añadió que ambos casos fueron archivados como asesinato y que una investigación está en curso.
En su edición de ayer por el diario capitalino asegura que este compromiso adoptado por el gobierno de Bush es por recomendación de Williams Haynes, consejero jurídico del Pentágono, por las continuas demandas de parlamentarios y grupos pro derechos humanos, que pedían al gobierno distanciarse oficialmente de la práctica de la tortura. Las demandas habían sido motivadas por la muerte de dos afganos cautivos.
El gobierno norteamericano ya fue reiteradamente criticado por mantener en secreto el tratamiento de los sospechosos de terrorismo, muchos de los cuales se hallan prisioneros sin contacto alguno con el mundo exterior, negándoseles incluso la asistencia de un abogado. Pese a ello, las autoridades se han declarado ya en el pasado en Estados Unidos contra la tortura.
Sin embargo, según los grupos pro derechos humanos, la reciente declaración de Haynes va más allá, pues rechaza también todo tratamiento cruel o degradante. El gobierno norteamericano, señalan, se refiere al parecer a métodos como la privación del sueño o de medicamentos, o a prácticas en las cuales los prisioneros son mantenidos durante largo tiempo en posiciones dolorosas. (AFP y DPA) enviar nota por e-mail | | |