 | martes, 24 de junio de 2003 | Hijos y entenados Lamentablemente, en esta oportunidad (como siempre) me toca estar en el grupo de los entenados. Desde hace más de 60 días vengo sufriendo la mala intención o cuanto menos desidia e ineptitud por parte de la Dirección General de Registración e Inspección de la Municipalidad de Rosario. La discrecionalidad con la que se maneja en forma despótica su directora está causando serios perjuicios a innumerable cantidad de comerciantes y empresarios de esta ciudad con la complicidad tácita del intendente. Todo esto con el agravante de que debemos competir con los "hijos", quienes reciben venia y protección por parte de esta repartición. Señor intendente, quien usted delegó semejante responsabilidad carece de los atributos necesarios para desempeñar su cargo.
Ana María Vaudagna
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