El argentino Luis Moreno Ocampo fue uno de los paladines de los derechos humanos en los juicios contra los responsables de la última dictadura militar en Argentina (1976-1983), antes de convertir a la lucha contra la corrupción en su caballo de batalla. Comprometido personalmente en el combate contra el lavado de dinero y las malversaciones, Moreno Ocampo fue responsable de la rama latinoamericana de Transparencia Internacional (TI), una ONG que lucha contra la corrupción en el mundo. Paralelamente, ejerció como profesor de derecho en las prestigiosas universidades estadounidenses de Stanford y Harvard, donde enseñaba estrategias de investigación en un curso sobre el ministerio público. Richard Dicker, director de la organización Human Rights Watch, estima que, lógicamente, las relaciones del nuevo fiscal con Estados Unidos deberían tranquilizar a la administración estadounidense, que se opone a la CPI. Pero no todas son flores: en Argentina, Moreno Ocampo defendió a figuras controvertidas, como al ex futbolista Diego Armando Maradona, al ex ministro de Economía Domingo Cavallo e incluso al cura Julio Grassi, acusado de abusos sexuales. El letrado argentino también investigó las violaciones de la ley de guerra cometidas durante el conflicto bélico contra Gran Bretaña por las Islas Malvinas (1982). Asimismo representó a las familias de las víctimas del nazismo en Alemania y de la dictadura militar en Chile.
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