El abogado argentino Luis Moreno Ocampo se convirtió ayer en el primer fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) con sede en la ciudad de La Haya al prestar juramento para cumplir esa tarea en el Palacio de la Paz, con lo que se dio por iniciado el trabajo de este cuerpo. De hecho, en el marco de la ceremonia de asunción del fiscal, el presidente de la CPI, Philippe Kirsch, destacó que, con la jura de Moreno Ocampo, la Corte Penal Internacional había dejado de ser "una inspiración para convertirse en una realidad". "Tenemos una Corte en estado de funcionamiento", afirmó Kirsch, al destacar que la CPI ahora contaba no sólo con jueces -que juraron en sus cargos en marzo pasado- sino también con una sede y con un procurador. Al prestar juramento como primer fiscal, Moreno Ocampo habló en francés ante un auditorio integrado por diplomáticos y juristas extranjeros en el marco de una ceremonia a la que asistió la esposa del príncipe heredero de Holanda, la argentina Máxima Zorreguieta. Moreno Ocampo había sido elegido por unanimidad en abril pasado por las naciones firmantes del estatuto de Roma, texto fundador de la Corte Penal Internacional, para desempeñarse como primer fiscal de ese cuerpo. La Corte se encargará de juzgar a los autores de los crímenes de guerra, de crímenes contra la humanidad y de genocidio cometidos después del 1º de julio último en los Estados integrantes del cuerpo. Moreno Ocampo, abogado de 50 años, reconocido por su trayectoria en la lucha contra la corrupción, es miembro de la comisión directiva de la organización no gubernamental Transparencia Internacional, y creador y presidente en la Argentina de la Fundación Poder Ciudadano. El letrado cobró notoriedad pública en la década del 80, cuando en 1985 actuó como fiscal adjunto en los juicios por violaciones a los derechos humanos realizados contra los miembros de la Junta Militar que encabezó la última y sangrienta dictadura en la Argentina, que dejó miles de desaparecidos. Con su asunción como primer fiscal de la Corte Penal Internacional, Moreno Ocampo puede realizar ahora investigaciones en todo el mundo por genocidio, crímenes contra la humanidad o crímenes de guerra. La investidura del nuevo fiscal se produce cuando Estados Unidos lleva a cabo una agresiva campaña para eximir a sus ciudadanos de la jurisdicción de la Corte. Hasta ayer, Washington ha firmado acuerdos bilaterales con 38 países que estipulan la no extradición a La Haya de ciudadanos estadounidenses. El nuevo fiscal ocupará el cargo clave de la CPI porque será el encargado de iniciar las investigaciones, a reserva de la aprobación de los jueces. La CPI, que en virtud del Estatuto de Roma estará encargada de juzgar a los autores de crímenes de guerra, de crímenes contra la humanidad y de genocidio, ya ha recibido unas 400 demandas. En el marco de la ceremonia realizada ayer en La Haya, representantes de organizaciones defensoras de los derechos humanos pidieron ser "extremadamente cauto" a Moreno Ocampo sobre todo en las primeras investigaciones para lograr que "la ley del derecho se imponga a la ley de la selva". (Télam)
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