Un grupo de piratas del asfalto se apoderó de un cargamento de cereal después de asaltar a un camionero en la ruta nacional 9, a la altura de la localidad de Carcarañá. El chofer estuvo retenido durante dos horas en una casa ubicada en un sitio no determinado y liberado después en Fighiera, donde también fue abandonado el vehículo sin su carga.
Según indicaron fuentes policiales, el nuevo golpe de los piratas del asfalto se inició cerca de las 19 del viernes, cuando Osvaldo Cuatrini salió de la ciudad cordobesa de Marcos Juárez con un Fiat 150 de color gris transportando 30 mil kilos de maíz con destino a la provincia de Buenos Aires.
El chofer atravesó la localidad de Despeñaderos, se detuvo uno minutos en Marcos Juárez y, cuando ya eran las 21, llegó al peaje ubicado en la ruta 9, en jurisdicción de Carcarañá.
Allí, como ocurre con frecuencia en las rutas santafesinas, el viaje cambió de rumbo. Apareció entonces en escena un Peugeot 504 blanco, en el que se encontraban varios hombres. Enseguida el pirata que viajaba como acompañante encañonó a Cuatrini y lo obligó a detenerse a un costado del camino.
A punta de pistola, el camionero fue conducido al Peugeot, donde debió ubicarse boca abajo en la parte trasera del auto y fue tapado con una lona. A partir de ese momento, Cuatrini y sus captores comenzaron a recorrer un trayecto que no fue establecido.
Más tarde, el vehículo se detuvo en una localidad no precisada. El chofer pudo ver que era conducido a una casa, donde estuvo retenido en un dormitorio. Unas dos horas después, los maleantes regresaron al inmueble y subieron nuevamente a Cuatrini al Peugeot.
La odisea del chofer terminó en Fighiera. Allí fue liberado. También en esa localidad los ladrones dejaron abandonado el camión desprovisto de su carga. Cuatrini -está radicado en la ciudad bonaerense de 25 de Mayo-, después de la desorientación de los primeros minutos, logró saber dónde estaba y se dirigió a la subcomisaría 11ª para radicar la denuncia por el atraco.
El robo del viernes aparece como un nuevo capítulo de una historia cargada de hechos impunes. El 13 de enero pasado, una carga de 31 mil kilos de soja fue robada cuando el camionero que la transportaba fue asaltado por piratas del asfalto entre Peyrano y Santa Teresa. El rodado, un Fiat 619, fue hallado en jurisdicción de la localidad bonaerense de Colón.
Tres días después, un cargamento de 28 mil kilos de soja desapareció en manos de una banda de piratas del asfalto que asaltó a un camionero, en la ciudad de San Lorenzo, a pocos metros antes del ingreso de una de las principales empresas aceiteras del país. En el atraco, los malhechores capturaron al chofer y lo retuvieron hasta liberarlo en jurisdicción de la localidad de Aldao. Poco después, el vehículo apareció vacío en Maciel, a unos 40 kilómetros del lugar del robo.
Impunidad
A fines de enero, un cargamento de 29 mil kilos de soja fue sustraído por dos hombres en la localidad de Monje, sobre la ruta nacional 11. El rodado fue abandonado a pocos metros del acceso a Los Cardos, en el departamento San Martín.
El robo de cargas de cereales, en los meses de cosecha, se produjo en forma paralela a otro fenómeno: el robo hormiga de cereales, más conocido como bolseo o boquilleo. La proliferación de este tipo de delitos provocó las quejas airadas del presidente comunal de Fighiera, que pusieron al descubierto los alcances de un redituable negocio que involucraba a una cadena aceitada de integrantes de una organización nunca descubierta.
Ante el incremento de robos a transportistas de cargas y del boquilleo de camiones cerealeros, el 27 de febrero pasado, el ministro de Gobierno, Carlos Carranza, anunció una serie de medidas para frenar la oleada delictiva.
La implementación de puestos policiales móviles y fijos en las principales rutas de la provincia con el fin de garantizar el traslado, la transferencia y la carga y descarga de cereales y combustibles fue el compromiso que había asumido el gobierno de la provincia en ese momento.
Sin embargo, los robos continúan con impunidad y los delincuentes se muestran capaces de atravesar largas distancias a través del sur de la provincia, con las cargas y los vehículos sustraídos, sin que ningún control u operativo policial los haya detenido alguna vez.