Arriba el telón para uno de los espectáculos naturales más fascinantes que se pueden disfrutar en el país. A partir de hoy y hasta el 15 de diciembre se extenderá la temporada de ballenas en las costas de la península Valdés. Como ocurre de manera creciente en los últimos años, miles de turistas del país y el exterior llegarán a la tierra que inspiró al creador de El Principito para recibir el saludo de los cetáceos. La localidad chubutense de Trelew, distante a 1.600 kilómetros de Rosario, es uno de las principales centros receptivos de visitantes que arriban a la Patagonia para avistar a las ballenas y, a partir de septiembre, los simpáticos pingüinos. La máxima estrella de la península es la ballena y para observarla desde escasos metros hay que dirigirse al poblado de Puerto Pirámides, distante a 160 kilómetros de Trelew. Para ello se ofrece una excursión que sale de Trelew en colectivo y llega a Puerto Pirámides. El paseo incluye la visita a loberías y elefanterías de península Valdés, como Caleta Valdés o Punta Norte, por una tarifa de $ 60, a lo que hay que sumarle $40 más para realizar el avistaje desde pequeñas embarcaciones. El paseo comienza a las 8 y culmina a las 18 en Trelew. Entre los atractivos de Trelew vale la pena visitar el museo paleontológico Egidio Feruglio, el parque natural Bryn Gwyn, las chacras de agroturismo que se dedican a la producción de frutas finas y productos orgánicos y las casas de té de Gaiman, a escasos 17 kilómetros. Otras excursiones imperdibles son el avistaje de toninas en el puerto de Rawson, que se realiza durante todo el año, y la visita al dique Florentino Ameghino, en un paseo que se puede combinar con trekking, cabalgatas y escalada. La entrada al museo paleontológico cuesta 8 pesos los mayores y 5 los menores. Allí se exhibe una muestra de fósiles encontrados en los alrededores de Trelew. Las salas están ambientadas y cuando las personas se acercan a las réplicas de dinosaurios se escucha el sonido que emitían estos animales. Además se proyecta un audiovisual sobre el origen de la vida. Esta visita se complementa con el parque natural Bryn Gwyn, que funciona como museo paleontológico "in situ".
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