-¿En qué se diferencia "Colores en la cabeza" de otros espectáculos para chicos? -Es una obra de teatro y es importante puntualizar que tiene conflictos. El show es algo más ligero. Este nuevo espectáculo está integrado por cuentos teatralizados. -¿Siguen vigentes los cuentos entre los chicos? -Por supuesto. La idea de los cuentos siempre me fascinó. Otra cosa es que tenía ganas de hacer algo en base a los colores primarios, porque para los chicos son importantes. Cuando uno trabaja y se mezclan los colores azules y amarillo y te sale un cuento verde... para chicos (risas). -¿Cómo es la trama? -Un día, de tanto leer me quedé dormida y la cabeza se me llenó de colores, porque mientras estoy soñando en el escenario pasan otras cosas, como alguien que aparece agitando banderas de colores y es algo bueno soñar en colores. Así se suceden cuentos de distintos colores en un espectáculo con mucha magia que logramos acentuar con técnicas teatrales variadas y luces especiales. -¿Cómo está integrado el elenco? -Somos dos actrices en escena y contamos con muñecos animados. Trabajo junto con mi hija, Celeste Campos. También colaboran Ricardo Di Virgilio, con objetos escenográficos; Marcela Ricci, en el aspecto plástico, y Damián Megido, como iluminador. -¿El hecho de actuar juntas madre e hija influye en el resultado final? -Como es de suponer, me une una relación muy profunda con Celeste. Es un placer doble por la cosa profunda que tenemos en común. Ella tiene experiencia y a la vez mucha frescura. Creo que en el teatro no hay que hacer concesiones. Creo que le exijo más a ella que lo que exigiría a otra actriz. Como la relación que tenemos es buena los resultados son bárbaros. -¿Cambiaron los códigos teatrales en espectáculos infantiles? -A lo mejor sí, porque hoy los chicos tienen acceso a más cosas. Se van al cyber, navegan, dibujan y trabajan con Internet. Pero cuando vienen al teatro se sorprenden. Me gusta verles las caras y empezar a provocarlos desde abajo, porque entro desde la platea. -¿Tanta tecnología al alcance de los niños no les quitó candor? -Para nada, la ingenuidad y la fantasía siguen intactas, por suerte. -¿Cómo se hace para entretener a chicos de diferentes edades? -Hay que ver cuáles son los intereses de cada edad. Esto puede entretener a chicos de distintas edades. Cada uno capta lo que su cabecita le permite, pero la obra tiene guiños hasta para los papás. -¿Los chicos se suman a la propuesta? -Los chicos participan de manera espontánea a partir de lo que uno planifica. Hay ámbitos donde tienen que estar callados, pero en mis espectáculos me gusta que hablen y eso se da cuando circulo por la platea. Después, cuando subo al escenario, ya ven un limite y todo se dimensiona de otra manera. Entonces los chicos adoptan otros comportamientos. "Colores en la cabeza" va hoy, a las 16.30, en el teatro Saulo Benavente, Alem y Gaboto.
|  Celeste Campos junto a su madre, Gladys Temporelli. (Foto: Angel Amaya) |  | Ampliar Foto |  |  |
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