Año CXXXVI
 Nº 49.873
Rosario,
domingo  15 de
junio de 2003
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El estandarte, manchado con sangre de antiguas batallas, está en Bolivia
Renace la esperanza de repatriar la bandera original que enarboló Belgrano
Se exhibe en el museo de Sucre. La designación de un rosarino como canciller aceleraría las gestiones

Diego Veiga / La Capital

La designación del rosarino Rafael Bielsa al frente de la Cancillería argentina podría reactivar un viejo anhelo de las autoridades municipales de Rosario: repatriar la bandera original que izó en esta ciudad Manuel Belgrano aquel 27 de febrero de 1812. La insignia se encuentra en el museo Casa de la Libertad de Sucre, Bolivia, donde se la guarda celosamente. En diálogo con La Capital, la administradora de ese museo, Gabriela Zamora, admitió que "es muy difícil" que su país se desprenda del estandarte. "Es el tesoro más grande que tenemos", aseguró, pero dejó abierta otra posibilidad: "El pueblo boliviano podría donar a Rosario una réplica", anunció.
Las versiones sobre el posible destino de la bandera que Belgrano hizo jurar en estas costas hace 191 años son variadas. Pero no son pocos los historiadores que coinciden en que la insignia partió hacia el norte junto al prócer y presidió la campaña del Alto Perú.
El 14 de noviembre de 1813 y tras la derrota en la batalla de Ayohuma, Belgrano ordenó ocultar la bandera para que no cayera en manos de los realistas. La insignia fue entregada a un sacerdote amigo de Belgrano que había participado en aquella batalla. Era el padre Araníbar, párroco de la capilla de Titiri, ubicada cerca de Macha en el antiplano boliviano.
El sacerdote llevó consigo dos banderas del Ejército del Norte y las escondió detrás de dos cuadros de Santa Teresa. Allí las descubrió otro religioso setenta años después. Era el padre Martín Castro, quien escribió: "Encontré dos banderas argentinas arrolladas y sirviendo de especie de marco de dos cuadros de Santa Teresa... las desenvolví y encontré huellas de sangre... creo que no pueden ser otras que las traídas por el general Belgrano y perdidas en Ayohuma".
Castro no lo dudó. Volvió a enrrollar las banderas y las ocultó nuevamente. Dos años más tarde, el padre Primo Arrieta se encargó de descubrirlas y averiguar su origen. Consultó a los lugareños y supo que años atrás, "en tiempos del Rey" y cerca de la parroquia, se había desarrollado una gran batalla. No había sido otra que Ayohuma.
En 1893, Argentina reclamó ambas banderas y dos años después se firmó un protocolo por el cual Bolivia accedió a entregarle una de ellas, que hoy está en el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires. El estandarte que quedó en Bolivia tiene los colores invertidos (dos franjas blancas y una celeste central) y muchos están convencidos de que es el original que Belgrano izó en Rosario en 1812.

Renace la esperanza
En 1998 el actual secretario de Gobierno municipal, Juan Carlos Zabalza, presidió las negociaciones para recuperar esa bandera y repatriarla. Pero no tuvo éxito. Hoy, la designación de Bielsa en la Cancillería podría hacer renacer alguna esperanza. "Es una posibilidad que no descartamos, pero hay que hacerlo con mucho respeto ya que el pueblo boliviano guarda una gran admiración por la figura de Belgrano", admite hoy Zabalza.
La idea no entusiasma demasiado a las autoridades del museo de Sucre. "Es el tesoro más grande que tenemos en la Casa de la Libertad. Un símbolo que hermana a los dos países y nos enorgullece", le dijo a La Capital la administradora del museo, Gabriela Zamora, que está convencida de que el estandarte "debe permanecer donde lo ocultó Belgrano. Es una bandera muy importante para el pueblo boliviano, ya que es todo un símbolo de lo que fue la guerra por la independencia de nuestro país", indicó.
Zamora descartó un posible préstamo del estandarte para exhibirlo en Rosario aunque sea unos pocos días. "Si la sacamos de donde está, corre serio riesgo de deteriorarse", señaló.
Según explicó, la bandera -de 2,25 por 1,60 metros- se conserva en una urna con "todas las condiciones ambientales requeridas para su preservación. Está muy deteriorada y al tener sangre, la seda se ha ido resquebrajando, por lo que sería muy difícil moverla del lugar en donde está", aseguró.
Zamora vio como una posibilidad el realizar una réplica y obsequiarla al municipio de Rosario, pero admitió que "es muy difícil" que su país ceda el original.
Así, a 1.600 kilómetros de donde Manuel Belgrano la enarboló por primera vez, la bandera es admirada en el museo de Sucre. Pero en Rosario no bajan los brazos en su intento por repatriarla y la designación de Bielsa en la Cancillería genera esperanzas a más de uno.



El izamiento plasmado en los óleos de Pedro Blanquet.
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