Terminaron las largas filas de taxis en las paradas a la espera de ver llegar a un pasajero. Taxistas y empresas de radiotaxis admitieron ayer a La Capital que la actividad creció marcadamente en los últimos meses. A la hora de calcular ese incremento no hubo tanta unanimidad y las estimaciones fueron desde un ciento por ciento entre los más optimistas y un 30 entre los más cautos. Y también los usuarios están advirtiendo el fenómeno: a ciertas horas se complica conseguir un taxi o entrar telefónicamente a una empresa de radiollamada para solicitar el servicio.
Desde hace unos meses en las paradas céntricas no sólo se observa un continuo movimiento de llegada y salida de los coches, sino que en oportunidades ni siquiera hay vehículos en espera. El mismo panorama se vive en las empresas de radiotaxis, que admitieron un incremento de la actividad.
"Es verdad, el año pasado con 12 horas de trabajo recaudabas con suerte 45 pesos, ahora se llega a los 80 ó 90", confió el taxista José Antonio Serrano, en la parada de Mitre y Córdoba.
En la ciudad están habilitados para circular 3.120 taxis, que son conducidos por los propios dueños de las unidades y más de dos mil peones, que trabajan un promedio de 12 horas diarias.
Las interpretaciones
A la hora de explicar este fenómeno de repunte, los argumentos difieren, pero todos los consultados coinciden al menos en tres: un mayor movimiento económico en la ciudad, el alto costo de usar autos particulares (consumo de nafta más estacionamiento) y los problemas de inseguridad que se están sufriendo en la calle.
"Tomando como base enero pasado, diría que el trabajo creció alrededor del 30 por ciento", sostuvo el titular del Sindicato de Peones de Taxi de Rosario, Horacio Boix. Un incremento en la demanda del servicio que el dirigente definió como "bastante notorio".
Y uno de los titulares de la Cámara de Radio Taxis, que prefirió mantener su identidad en reserva, estimó el aumento en valores similares. Si bien dijo que el registro no es parejo, "todos los taxistas reconocen que hay mucho más trabajo".
"La tarifa de los taxis se mantuvo, mientras que para usar el automóvil particular hay que calcular cuánto subió la nafta, más los gastos de estacionamiento", razonó Juan José, un chofer de taxi, desde la parada de Santa Fe y Entre Ríos.
El miedo a ser víctima de un hecho delictivo también aparece como causal de este veranito tachero. Por ejemplo, Boix sostuvo que "la gente tomó conciencia y prefiere pagar el taxi a arriesgarse a la inseguridad".
También mencionó "la caída en la frecuencia de los ómnibus", la merma en la circulación de remises truchos (por controles municipales y por el costo de mantenimiento de las empresas ilegales) y una cierta reactivación económica, que impacta de modo inmediato sobre el transporte.
"En este rubro se nota enseguida: así como hace meses los colectivos andaban vacíos a las 6 de la mañana y ahora van repletos, los taxis también registran más movimiento", explicó.
Desde la Cámara de Radio Taxis coincidieron en que "el que tiene un peso prefiere gastarlo tomándose un taxi a que se lo roben. Circular con dinero o con valores por la calle no es nada tranquilizador".
Pero también apuntaron al cambio de humor que se nota en la calle. "Hay un poco más de claridad en el panorama político y económico, la gente sabe a qué atenerse y se suelta un poco más con el gasto", aseguraron.
Alejandra, empleada de la empresa Taxi Rosario (4266666), reconoció a La Capital que la demanda de los servicios a domicilio trepó un 40 por ciento. "Es cierto, a veces no se da abasto con los llamados, al menos hay un aumento del cuarenta por ciento de los pedidos", precisó.
Pero desde la firma Catiltar (4111111) fueron más cautos. "Se notó un leve aumento, tal vez un 20 por ciento, aunque también influyen los días, siempre a principios de mes la gente pide taxis", comentó María del Carmen.
Para Santiago, empleado de Fonotaxi (4822222), los servicio también aumentaron: "Hay más movimiento, los que son dueños o peones lo están sintiendo, pero aquí hay que pensar que son muchos los taxis que están en la calle. No es para tirar manteca al techo, pero se está mejor".