Evian. - Evian se convertirá hoy en la primera cumbre del G8 a la que, aparte de los jefes de Estado y de gobierno de los países del "club de los ricos", acudirá también una gran representación de los países emergentes. Aunque no participarán en la cumbre en sí, se ha creado toda una "cumbre antes de la cumbre" en la que, durante unas tres horas, los líderes de países como Brasil, México, China o India podrán debatir con sus colegas del grupo de los siete países más industrializados más Rusia acerca de los problemas que más les afectan.
A priori una buena iniciativa, la del presidente francés, Jacques Chirac, que fue quien tuvo la idea de invitarlos. Sin embargo, a medida que se acerca el histórico evento, surgen más y más dudas entre los observadores acerca de la "generosidad" de esta idea. ¿Se trata realmente de un intento de escuchar a los países con problemas y de buscar soluciones juntos o corresponde más bien esta iniciativa a una maniobra de Chirac para combatir las posturas de EEUU?
Tras las fuertes divergencias por la guerra de Irak, el presidente estadounidense, George W. Bush, desdeñó a sus aliados tradicionales, que le habían dado la espalda, y, frente a esa "vieja Europa", apuesta desde entonces por una "nueva Europa" formada por los países más allá de Alemania y Francia. Demostrativamente, la primera escala de Bush en Europa ha sido Polonia, su nuevo "gran amigo", donde ha pronunciado además su principal discurso en la región.
El eje París-Berlín-Moscú
No son pocos los países que siguen apoyando fielmente a EEUU -Gran Bretaña, España e Italia le dieron su respaldo en la guerra de Irak-, pero en el seno de la Unión Europea los "fuertes", Alemania y Francia, han reactivado el eje París-Berlín (al que se sumó Moscú) para oponerse radicalmente a la manera norteamericana de resolver el conflicto iraquí. No se trata ya sólo de Irak, sino de defender el multilateralismo frente a la postura unipolar y hegemónica que la superpotencia EEUU parece querer imponer.
En esta línea, creen muchos analistas, frente al apoyo que Bush da ahora a sus nuevos aliados, Francia aprovecha el primer encuentro internacional y transatlántico de envergadura desde el fin de la guerra de Irak para hacer una nueva ostentación de fuerza y demostrar que hay más países aparte de la "coalición de los dispuestos" y que gran parte del globo sigue apostando por un mundo plural y con un mayor equilibrio de fuerzas.
De confirmarse esta teoría, el encuentro informal con los países emergentes tendría sobre todo un carácter simbólico, lo que podría restar fuerza a las ideas y propuestas presentadas en ese foro, como la iniciativa del presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva (quien junto con su homólogo mexicano Vicente Fox, representan la voz de América latina en la cumbre), de proponer la creación de un Foro Mundial contra el Hambre.
Por suerte, no habrá que esperar mucho para ver hasta qué punto son ciertas o no estas teorías y sospechas: sólo habrá que ver si los temas tratados en el encuentro con los países emergentes son incluidos o no en la agenda oficial del G8 de mañana y el martes. (DPA)