Año CXXXVI
 Nº 49.859
Rosario,
domingo  01 de
junio de 2003
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Putin no quiere otro Muro de Berlín

Victoria Loguinova

San Petersburgo. - El presidente Vladimir Putin aprovechó ayer la cumbre Rusia-Unión Europea (UE) de San Petersburgo para pedir a Europa que derrumbe "el nuevo muro de Schengen" que impide a los rusos viajar por el Viejo Continente, y obtuvo la promesa de que el asunto se estudiará con una "perspectiva de largo plazo". En su alocución ante la reunión que se celebró con motivo del tricentenario de esta ciudad, Putin lamentó las limitaciones que el acuerdo de Schengen imponía a sus compatriotas, que podrían verse obligados a pedir visados en los países del centro y del este de Europa que están en proceso de adhesión a la UE.
El acuerdo de Schengen, que establece las normas de entrada a la UE, fue firmado por 13 de los 15 miembros de la Unión (salvo Gran Bretaña e Irlanda) y por dos países no miembros (Noruega e Islandia). "Muchos de nuestros ciudadanos comunes no podrían considerar la situación actual ni más ni menos que como un nuevo muro de Schengen", afirmó Putin, en referencia al Muro de Berlín, que separó a Europa durante la Guerra Fría, hasta 1989.

Un tema a largo plazo
El mandatario ruso reprochó al presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, sentado a su lado, no haber logrado un acuerdo con Moscú para crear un grupo de trabajo sobre los visados. Su arenga obtuvo algún resultado, pues al final de la reunión Putin anunció que sus colegas "aceptaron" estudiar la cuestión de la supresión de visados. "Rusia y la UE aceptaron examinar las condiciones para viajes sin visas, con una perspectiva de largo plazo".
Para el presidente francés, Jacques Chirac, uno de los objetivos de la cooperación Rusia-UE consiste en la cuestión de la libre circulación de los rusos en Europa.
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, cuyo país ejercerá la presidencia semestral de la UE a partir del mes que viene, expuso una visión mucho más romántica, juzgada irrealista en ámbitos europeos, al llamar a construir una gran Europa que incluya a Rusia, los países balcánicos, Turquía, e incluso a Israel.
La cuestión de la república separatista rusa de Chechenia fue evocada de manera consensual. Chechenia fue un punto frecuente de fricción entre Rusia y los países occidentales, aunque la presión se redujo desde que Moscú dio un firme apoyo a la guerra antiterrorista emprendida por Washington tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. (AFP)



Putin, con dignatarios en San Petersburgo.
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