Las declaraciones de Alfonso Prat Gay desataron un verdadero vendaval que aún no llegó al mercado. El presidente del Banco Central se siente presionado porque el presidente le sugiere un valor para el dólar, cuando en verdad la presión viene de los que desean ocupar su lugar. El Ministro de Economía crea un unidad de reestructuración financiera y desea presidirla para resolver los problemas del sistema y que las entidades se capitalicen. Por otro lado apunta con Jorge Levy a la estratégica superintendencia de entidades financieras.
El presidente Néstor Kirchner se asesora con Aldo Pignanelli (archirival de Roberto Lavagna) y quiere designar dos hombres de confianza como directores del BCRA.
La Bolsa hace caso omiso de estos conflictos y sigue en alza, aunque le falta combustible para que el Merval llegue a los 700 puntos. Los bonos públicos comenzaron un fuerte retroceso en el marco de declaraciones muy duras del Tesoro de EEUU que reclaman las reformas estructurales que en el corto plazo se oponen los hombres de Economía, por considerar que el verdadero acuerdo con el FMI se debe hacer a fin de año y no en agosto próximo cuando venza el arreglo de enero último.
El acuerdo con el FMI se discute a partir de la semana próxima y el gobierno no muestra voluntad de sentarse a discutir las reformas estructurales, por lo tanto en los próximos 90 días hasta el vencimiento del acuerdo de enero no deberíamos descartar turbulencias financieras.
La tasa de interés sufrió una fuerte baja en función de la alta liquidez existente en el sistema, ya que los bancos siguen recibiendo fondos para plazo fijo, no prestan y los créditos siguen cediendo. Quedan líquidos pero sin armonizar políticas de financiamiento para el mercado. Las entidades financieras están cargadas de títulos públicos y hasta tanto no se renegocie la deuda pública resultará imposible tomar decisiones de peso a largo plazo.
Liquidación de divisas
En junio vencen 1.300 millones de pesos en letras del BCRA que serían de fácil renovación, no obstante la preocupación esta centrada en la liquidación de divisas que realizarían los exportadores en el mercado, por 1.200 millones de dólares.
El BCRA carece de margen de maniobra para adquirir dólares contra emisión monetaria, ya que superó holgadamente la meta de emisión que le impuso el FMI. Ahora los que adquieren el excedente de dólares son los bancos públicos poniéndole al dólar un piso en el rango de 2,85/2,90.
La gran incógnita es ¿con qué dinero los bancos públicos salen a comprar dólares? Estas entidades traían problemas de liquidez y su función en el mercado es financiar al sector productivo más que especular con el valor de la divisa.
Conclusión: Debemos esperar nuevas medidas económicas para tener una mejor perspectiva sobre cómo se resolverán los problema financieros. Por el momento las variables económicas seguirán estables y el gobierno disfrutará de una excelente recaudación tributaria de mayo que le dará margen de maniobra en junio.
Sin embargo la agenda económica no está trazada y la incertidumbre sigue al acecho. En la primer semana de gobierno se notó mucha interna y pocas definiciones en el área económica, habrá que esperar que se aquieten las aguas. Lo que ya queda claro es que se olvidaron de las instituciones y cada vez se desdibuja más la imagen de un Banco Central independiente del poder político.