El sector de las Aseguradoras de Riesgo del Trabajo (ART) sufrió la debacle económica iniciada hace dos años con un fuerte impacto en la cantidad de empresas aportantes y cápitas de trabajadores asegurados, principalmente por la pérdida de puestos de trabajo y también el traspaso de muchos empleados al trabajo "en negro". Pero esta situación se comenzó a revertir a partir de la recuperación del nivel de actividad de la economía, principalmente en los sectores que mejoraron su competitividad con la devaluación, léase agroindustria exportadora y sus proveedores y los que reflotaron con la sustitución de importaciones.
Sin embargo, esta mejora se ve empañada por el retorno de un fantasma que en el sector creían desterrado: la industria del juicio. De hecho, el sistema de ART fue ideado como una forma de eliminar la acumulación de demandas contra las empresas, en muchos casos justificadas, pero no así en tantos otros.
Actualmente, la legislación establece que los reclamos de indemnizaciones por parte de trabajadores accidentados deben ser evaluados por una comisión médica integrada por galenos legistas designada por el ente de contralor estatal. El dictámen de esta comisión puede ser recurrido por la vía administrativa, pero también por la Justicia ordinaria, la ley que fundó el sistema de ART nunca la prohibió ya que hacerlo sería contrariar la Constitución nacional.
El inicio del sistema de ART prácticamente bajo a cero la cantidad de juicios derivados de enfermedades laborales, a lo cual también ayudó el oportuno aumento de los montos indemnizatorios. Sin embargo, desde hace unos dos años a esta parte se multiplicaron las demandas.
Al respecto, Ricardo Aide, gerente general de La Segunda ART, indicó "ahora estamos observando, sobre todo en frigoríficos, que se está volviendo a armar una mini-industria del juicio", e indicó que esta situación se está dando "sobre todo en Rosario".
El directivo señaló que se están manteniendo reuniones con los empresarios del sector y que la preocupación va en aumento. "Vuelve el tema de las enfermedades profesionales, especialmente la hipoacusia, muchos casos en los cuales las comisiones médicas han dicho que no, y ahora vemos que han ido a la Justicia y están obteniendo fallos muy importantes", afirmó Aide.
Según el ejecutivo, la modalidad más usual es "juntar paquetes importantes de 50 ó 60 obreros que demandan", patrocinados por "un par de estudios de abogados que en el viejo sistema hicieron fortunas". Esta situación iría in crescendo, sobre todo a partir desde que se empezó a recuperar la actividad económica.
Cambio de situación
Esta situación fue confirmada por el gerente de Prevención ART, una empresa del grupo Sancor, Edgardo Bovo, quien señaló que "la cantidad de juicios o el ritmo de entrada pasó de ser prácticamente inexistente al inicio del nuevo sistema a una cantidad importante en la actualidad". El directivo fue cauto a la hora de calificar esta situación como "industria del juicio", pero dijo que "ahora hay más juicios que antes, eso es real".
El ejecutivo del grupo Sancor explicó que "en los juicios no tenemos una preponderancia específica de una actividad, sino que el agrupamiento se da más bien a nivel regional, sobre todo en los grandes centros urbanos como Buenos Aires, Rosario, Córdoba o Mendoza; que es en donde históricamente se daban antes los juicios, y es lógico porque allí están los estudios de abogados que tradicionalmente se dedicaron a esto".
Bovo afirmó que "en general tenemos fallos favorables de la Justicia", pero el problema pasa por los trastornos que genera administrar una cartera de juicios. No obstante, consideró que "la situación es regional y está focalizado, ya sabemos cuáles son las zonas complicadas, pero hay que prepararse".
El directivo enfatizó que "la Corte Suprema ya se expresó con dos fallos categóricos sobre la constitucionalidad del sistema y por otro lado eximió a las ART de los incumplimientos en materia de higiene y seguridad de los empleadores, eso frenó la industria, y puso en claro algunas garantías del sistema". Señaló que durante el primer año del sistema de ART no hubo juicios y que el decreto que aumentó las indemnizaciones los limitó mucho, pero desde hace unos tres años empezaron a reaparecer".
Daniel Favario, directivo de Idea (Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina), explicó que los reclamos anteriores a la constitución de las ART son atendidos por un fondo fiduciario que maneja la Superintendencia de Riesgos del Trabajo y sostuvo que "algunos abogados han ido sobre estos fondos". Por eso las empresas todavía no sienten los costos que insumen las demandas, pero cuando este fondo se termine los costos recaerán sobre las ART. "Mientras las empresas no lo sientan en el bolsillo no importa, lo paga la ART, pero al final recaerá sobre los empresarios cuando aumenten las primas", explicó.
El representante empresario advierte que si el aumento de las demandas "se da en Santa Fe es una cosa, pero si pasa en otras provincias estamos hablando de fragilidad del sistema", en referencia a que se habría reactivado la industria del juicio en las grandes ciudades del país. "Se puede ver que se está armando alguna orquesta de abogados", destacó.
Un termómetro de la actividad
El sector de las ART es un buen parámetro para medir el nivel de actividad económica, al menos el sector que está "en blanco". Al respecto, Marcelo Montoya, gerente general de CNA ART, indicó que "en 2001 las empresas expulsaron empleados, con una caída de casi el 10% de los trabajadores que estaban asegurados en las ART, producto de despidos o por empresas que se les cayó la cobertura porque no pudieron seguir pagando". Agregó que "el otro efecto que se dio en ese período fue que los salarios tuvieron una pequeña caída, y en términos concretos, hasta finales de 2002, el mercado de ART se achicó por menos trabajadores y reducción del salario".
Explicó que "a partir de septiembre/octubre de 2002, se empezó a ver un efecto de reactivación que ahora es más notorio, en industrias como la construcción, la agroindustria, textil, y en general todo lo ligado a la exportación". Pero, la reactivación por ahora sólo permitió recuperar entre el 30% y el 40% de la caída ocasionada por la crisis de la economía argentina.
El directivo de CNA señaló que muchas aseguradoras están mirando hacia el interior del país: "La década del 90 y la convertibilidad beneficiaron a los servicios, y eso estaba concentrado en Capital Federal y Gran Buenos Aires, ahora es notorio que en el interior del país y sobre todo la zona de Rosario es el sector de la economía argentina que está más dinámico por lo agroindustria, textil y eso se ve, que está más dinámico que Buenos Aires, lo mismo pasa con el sur del país y el turismo. El interior tiende a mejorar con mayor velocidad".
En ese sentido coincidió con Edgardo Bovo, de Prevención ART, quien señaló que "los sectores que más se reactivaron tienen que ver con un dolar alto, competitivo a nivel internacional, y las exportaciones: hay nuevas empresas y mejor nivel de cobranza en firmas ligadas al campo, pero no sólo Santa Fe, sino también el sector fruticultura en Río Negro, limones en el norte, vid en Mendoza, entre otros. La reactivación en sectores primarios es concreta y clara, y también empezamos a advertir una reactivación de todas aquellas economías que se mueven alrededor de este sector primario: agroindustria, talleres metalúrgicos, y además surgieron nuevas industrias ligadas a exportación".
Otro factor que influyó en la recomposición de las carteras de las ART fue el Plan de Inclusión de Empleadores (PIE) lanzado por el gobierno. Muchas empresas cayeron en la morosidad durante la crisis, perdiendo la cobertura, pero acumularon una deuda importante con el sistema. A través del PIE la Superintendencia de ART presionó a las empresas para que se vuelvan a asegurar, permitiéndoles regularizar su situación con la condición de que el monto adeudado sea invertido en mejoras en las condiciones de seguridad e higiene de sus instalaciones.
El resultado de este plan fue visto por distintas ART del mercado sólo como una ayuda, pero lo que está mejorando la cobranza es que la economía se empieza a mover.