Rodolfo Montes / La Capital
Elisa Carrió estará hoy en Rosario para celebrar el triunfo que obtuvo en la ciudad el 27 de abril. Como anticipo, y en exclusiva con La Capital, analiza el momento político de la gestión de Néstor Kirchner, quiere que Hermes Binner se consagre como nuevo gobernador y califica con extrema dureza al gobernador Carlos Reutemann.
Sabe que no pudo evitarse la inundación, "pero sí se debieron evitar las muertes. Eso se llama negligencia, y las responsabilidades tienen que existir. Reutemann culpó a algunos de sus funcionarios, pero la responsabilidad es de él", aseguró. Luego consideró que "si en vez del Lole, un pescador hubiese sido el gobernador de Santa Fe, habría alertado en el barrio Santa Rosa de Lima que se venía el agua, que había que irse del lugar para evitar las muertes".
Metiéndose de lleno en la campaña, Lilita desestima la idea de que el PJ sea invencible en Santa Fe. "En su momento al triunfo se lo regaló (Horacio) Usandizaga", descerrajó.
-¿Qué balance hace de la sorprendente elección que hizo en Rosario?
-Tenemos una gran alegría por la elección en Rosario y en todos los grandes centros urbanos de la Argentina. El voto al ARI fue el voto moral más importante de la última elección y lo tomamos como un verdadero triunfo. Hubo casi tres millones de personas que decidieron que con las conciencias solas se puede, que no es necesario contar con los aparatos políticos ni con el financiamiento ilegal.
-¿El ARI estará junto a Binner en las próximos elecciones provinciales?
-Estamos dispuestos a apoyar a Binner en la medida que haya generosidad de todas partes. Deseamos que sea el nuevo gobernador de la provincia.
-¿Generosidad significa compartir una fórmula?
-Lo desconozco. A eso lo tendrán que negociar las autoridades del ARI de Santa Fe. Nuestra intención es no fragmentar, pero depende de la generosidad de todos. Nosotros vamos a hacer todo lo contrario de lo que muchos hicieron con nosotros: vamos a ayudar al triunfo de la centroizquierda.
-¿Cómo meritúa el nuevo clima político nacional?
-El quiebre cultural por la derrota de (Carlos) Menem abre un ambiente de cambio, y eso también lo está encarnando el presidente Kirchner. Incluso, más allá de lo estrictamente político, es muy profundo el avance de la sociedad en el plano cultural. Ahora hay un clima en la calle favorable a la idea de "que se puede", que se puede construir una fuerza política nueva y mayoritaria, que se puede refundar la política.
-¿Este arranque de Kirchner, decidido y promoviendo cambios fuertes, complica al ARI en tanto toma parte de su discurso?
-Hay cosas de lo peor del pasado que este gobierno no está dispuesto a hacer. Eso es un aporte, porque eleva la discusión política, la hace más exigente, más ajustada en cada tema, en cada problema. De todos modos, nosotros somos diferentes. No se olviden que Kirchner es una expresión del PJ. Y si avanza en serio con la limpieza que está insinuando el destinatario político finalmente debería ser el propio peronismo.
-¿Esa contradicción será inevitable?
-En el caso de que Kirchner avance hacia una política no corrupta y moralizadora, hay amplios sectores del PJ que claramente van a chocar contra él.
-¿No cree en la reedición de una clásica lógica peronista: el que gana manda y el resto se encolumna y acata?
-Bueno, durante algún tiempo vamos a ver realineamientos pragmáticos en función del nuevo discurso, pero en el mediano plazo los viejos encuadres partidarios desaparecerán. Estamos en una época de avance, podrán venir retrocesos, pero es claro que vamos hacia algo nuevo y distinto.
-¿Cómo evalúa esta primera semana de gestión?
-Hay cosas buenas y malas. Una cuestión es solucionar el problema de la educación en Entre Ríos, algo que apoyamos absolutamente, y otra muy distinta es ir a Formosa de campaña electoral a darle aval a un gobernador que se quiere eternizar como un señor feudal en el poder. Nuestro ámbito es el parlamentario, y desde ahí vamos a colaborar. Lo que no haremos es confundirnos con el gobierno. Una cosa es el presidente y otra muy distinta las personas que lo rodean.
-¿Sobre qué temas va a debatir posiciones con el nuevo gobierno?
-Sobre el plan económico y social. Kirchner no tiene un programa para cambiar la distribución del ingreso en la Argentina. Su plan es obra pública y un mejor asistencialismo. Y eso no es cambiar el modelo, ese es el plan de un gobernador de provincia exitoso.
-¿Usted pronostica que seguirá habiendo más de un 50% de pobres?
-El asistencialismo perpetúa a los pobres en la pobreza, sólo evita que se mueran. En cambio, las políticas sociales universales que proponemos son para sacar a los pobres de la pobreza y situarlos en la expectativa de ser clase media. El gran negocio de la política en los últimos 30 años es mantener a los pobres en la pobreza. ¿Dónde ganan con el 70% de los votos los señores feudales que gobiernan en muchas provincias argentinas?, donde hay más pobres. Son rehenes de su pobreza. La gran revolución política es una nueva distribución del ingreso.
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