Año CXXXVI
 Nº 49.859
Rosario,
domingo  01 de
junio de 2003
Min 15º
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Editorial
Modesto, pero verde

La ciudad, que parece haber aprendido al fin de sus antiguos errores, ha fortalecido en la última década una saludable tendencia: recuperar el contacto con su maravilloso río y privilegiar los espacios verdes. Y es en ambos sentidos que debe valorarse la demorada inauguración del parque Italia, que se realiza hoy.
Más allá de que el proyecto original no llegó a concretarse, y de que un segundo boceto también quedó como recuerdo en los planos porque los fondos prometidos desde Roma jamás llegaron, la Municipalidad asumió en soledad el asunto y, aunque lejos del esplendor planificado, la realidad marca que Rosario cuenta con un nuevo espacio verde para solaz y sosiego de sus habitantes.
El predio de tres hectáreas ubicado entre Virasoro, Beruti, el bulevar 27 de Febrero y el acceso sur fue nivelado; luego se instalaron columnas de iluminación, se abrieron senderos que conectan entre sí los distintos sectores y se colocaron barandas perimetrales. También se plantaron árboles, se delimitaron con bancos espacios diseñados para el descanso y se construyeron dos áreas destinadas a los juegos infantiles que cuentan, además, con areneros. Modesto, como se ve; muy distante del anfiteatro y el estacionamiento subterráneo incluidos en el primer proyecto y también del espejo de agua y los laberintos pautados en el segundo. Pero allí está, acorde en última instancia con los duros lineamientos que marca la crisis, para orgullo de una ciudad que no en vano asegura que se ha hecho a sí misma.
Sin embargo, acaso no esté dicha la última palabra. Es que las obras concretadas forman parte de la última propuesta acordada con la Fundación Italia. De acuerdo con los comentarios de la titular de Obras Públicas municipal, Patricia Sandoz, la esperanza de que el dinero de la península finalmente arribe no se ha desvanecido: "Todo fue hecho para que, si llega, no haya que destruir lo que ya se hizo", afirmó a este diario.
Con la expectativa de que así sea, mientras tanto los rosarinos ya tienen a su disposición un nuevo lugar de descanso y esparcimiento. De acuerdo con la notable evolución que han registrado sus costumbres, no quedan dudas de que sabrán disfrutarlo.


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