Lo más importante del discurso de Néstor Kirchner el 25 de mayo, fecha clave de la historia argentina, la fundacional -hablo de 1810, claro- fueron dos líneas: "No pagaremos la deuda externa con el hambre y la sed de los argentinos". Le contestaba a Nicolás Avellaneda 125 años después de su inadmisible afirmación incluida por Arturo Jauretche en el "Manual de Zonceras Argentinas". Prometió Avellaneda que "hay 2 millones de argentinos que economizarán sobre su hambre y su sed para responder a los compromisos en los mercados extranjeros". Porque la Argentina es un país de deudores, desde siempre ¿y quien iba a prestarnos sino los dueños del dinero?
Pregunten a Rivadavia, don Bernardino, si hizo las obras públicas que fundamentó su endeudamiento con la Bahring. Sin crédito externo, estos países, según la fina moda emergente o subdesarrollados o potenciales no tienen posibilidades. La premura aclaratoria del secretario general de la Gobernación de Santa Fe -Spinozzi- destacando el buen gesto del gobierno nacional trayendo ayuda para los inundados es comprensible porque los anunciados 150 millones de pesos vienen si los manda el Banco Mundial.
Repudiamos el endeudamiento exterior pero rogamos que nos den créditos. El Banco Mundial parece hecho para nosotros. Y si no, miren a Binner. Cada vez que viaja viene con una novedad difusa, tranvías, abrazo con Iglesias, titular del Banco Mundial, plata para los accesos a Rosario, para construcciones y siguen las fechas de la gran gira. El lunes 26, cuando Fidel Castro en la escalinata de la Facultad de Derecho apuntaba su índice fulminando al Banco Mundial, los flamantes miembros del gobierno argentino esperanzados en reactivar el crédito extranjero, temblaron. Inteligentemente Kirchner ante el Parlamento fue claro: "No somos el país del default" con lo cual produce el segundo presidente desmentido, Rodríguez Saá. Estaba bien informado. Le avisaron que si la fragata Libertad recalaba en Hamburgo, quedaba embargada por el juicio de los tenedores alemanes de bonos argentinos impagos. Ironía del destino, la Justicia de Estados Unidos no hizo lugar a ese mismo reclamo. El tercer presidente desmentido en estos días fue Raúl Alfonsín esta vez por Fidel Castro explicando en su aluvial discurso que sin democracia se come, cura y educa.
El tren del canciller
A medida que pasan los días, con mucha actividad del nuevo gobierno, el canciller Bielsa insiste en ponernos en el tren que remolca Lula. Si ese es el modelo, debemos tener en cuenta algunas cuestiones de emprolijamiento. Primero, unir al peronismo, que no significa militarizarlo sino cohesionarlo.
El PJ no puede darse el mal gusto de la diputada nacional por esta provincia, Irma Foresi, despotricando en reunión de bloque contra los diarios que la han tratado con piadosa magnanimidad. La cohesión del PJ otorga poder para avanzar, fuerza para sancionar -Lula tiene 4 expulsados y 30 severamente quejosos- y coraje para el pragmatismo que impida la ceguera ideológica.
¿Alguien ignora que Kirchner es hoy el presidente preelectoral y que habrá uno poselectoral cuando en octubre se terminen de contar los votos? Una cosa es ser keynesiano y adherir al New Deal de Roosevelt con fuerte plan de obras públicas y otra cosa es conocer qué significa eso. El presidente norteamericano de la Segunda Guerra Mundial declaró ilegal la tenencia de oro quitándole al dólar ese respaldo. Transferido a la Argentina de hoy, sería ordenarle a quienes tienen dólares, entregarlos al Estado ya que, siendo el plan keynesiano un gigantesco programa de obras públicas tenía que emitir billetes y todos correrían al oro ¿está claro? \Roosevelt pagó para reducir la producción agrícola, puso precios máximos, redujo horas de trabajo y creó 300.000 planes tipo Jefes de Hogar para cuidar parques y bosques. Pobre Roosevelt, nosotros tenemos 3 millones de esos planes. El New Deal y Keynes significan corralito y pesificación agravados y ¡Menem, Kirchner, Carrió, Rodríguez Saá y López Murphy lo prometieron en sus campañas! La política vendría a ser el paraíso del macaneo. Otra ironía: Keynes está de moda, el Fondo Monetario Internacional es el demonio, el FMI fue creado por Keynes en 1946.
Dice el economista Aldo Abram: "Si no pagando la deuda externa arreglamos todo sería fantástico, pero el año pasado no le pagamos a nadie y duplicamos la cantidad de pobres". Fidel la hace más fácil, nos debe 1.600 millones desde 1973 y lo ovacionamos. Una cosa es el modelo Lula, que demuestra seriedad y sabe adónde va -¿acaso no será nuestro representante hoy en Evian ante el Grupo 8?- y otra es no definirse o juguetear. Al final, en vez de hacer Ezeiza-Washington terminaremos haciendo Ezeiza-Brasilia-Washington. Una cosa es la relación carnal y otra la carnada.
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Entre la legitimidad y la astucia
¿Hizo mal Kirchner en tumbar a tantos militares? Ejerció su legítimo poder, hizo bien. Estuvo astuto viajando a Paraná, visitando Formosa y apoyando a De la Sota en Córdoba. Hábil con los peajes, porque si todo seguirá igual, parece que cambiará. Este precalentamiento es significativo ya que las reparaciones pendientes son cruciales: renegociar la deuda, reestructurar los bancos, devolver los depósitos, reforma impositiva, cobrar los impuestos encarcelando a los evasores, coparticipación, régimen de quiebras, reactivación del consumo sístole y diástole del mejoramiento y empleo. Copiemos eslóganes: Kirchner lo hará, pero si une al peronismo.
Ahora se viene la papelera santafesina. El año pasado la lista sábana era mala palabra hasta la de una plaza, hoy proponemos la sábana "king size" con Reutemann senador, diputados nacionales encabezados por Muniagurria, gobernador Jorge Obeid, diputados provinciales, senador departamental, intendente y concejales. Otra para gobernador con Hammerly, una más Cavallero, otra Miguel Paulón y las chicas para intendente local -algunas no lo hacen quedar bien al Lole acomodando a familiares de sangre- y a la cancha contra Binner, quien se junta con lo que queda del radicalismo, lo que subsiste del gobierno militar y los suspiros finales de Elisa Carrió convertida en asilo de itinerantes, todo de torpe segunda mano en sus filas, incluida ella, dicho en términos de militancia política.
Sería malograr un talento como el de Daniel Germano cuyo desempeño en el Ministerio de Educación exhibe el mismo valor que tuvo cuando debió restaurar la economía oficial de la provincia en el año previo al ingreso de Reutemann. Y cuando hablo de damas que no le hacen favor por lo expuesto al gobernador, hablo de Roxana Latorre y María del Carmen Alarcón.
La parálisis para encarar la reforma constitucional trae estos disloques, en medio de alquimias como prorrogar el mandato por la terrible emergencia, imposible estudio que anteanoche extenuaba al Lucho Barrera y al sesudo Rosatti. La carrera sin largada de la reforma abre paso a esta otra carrera para reformar la ley electoral y convocar a elecciones en tiempo, bajo los chillidos de los aliancistas redivivos, como si el horrendo fracaso de la anterior experiencia de este menjunje careciera de importancia. Cuesta creer que, en nombre de la pureza democrática y elecciones cristalinas, litigue ante la Corte Suprema para voltear la reforma a la ley de lemas, uno de los embajadores de Rafael Videla, encima su tocayo.