Año CXXXVI
 Nº 49.859
Rosario,
domingo  01 de
junio de 2003
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Honduras: No sólo los mayas
Arqueólogos hallaron ruinas de una civilización precolombina al este del país

El hallazgo de las ruinas de una ciudad precolombina en medio de una zona boscosa entre los departamentos de Olancho y Colón, en el este de Honduras, produjo conmoción entre los arqueólogos, ya que se encontraron ante una civilización diferente a la maya. El hallazgo consistió en un sitio de seis hectáreas, con diferentes complejos, áreas de habitación, de ocupación y de ceremonias, que cuenta con tres plazas -algunas de más de 100 metros- y estelas hasta de un metro.
Las ruinas se encuentran en un sitio conocido como "Los encuentros", porque es un lugar donde se unen los ríos Tayaco y Los Naranjos, en las proximidades de la comunidad de San Esteban, a unos 350 kilómetros al noreste de la capital hondureña.
Los expedicionarios mostraron fotografías de los montículos, hachas, cuentas de collares y una piedra de moler, entre otros artículos, hallados por una expedición de 11 personas, entre biólogos, arqueólogos y otros profesionales, realizada entre el 2 y el 11 del mes pasado.
Auspiciada por la secretaría de Turismo, la expedición tenía el propósito de buscar información relacionada con la biodiversidad de la zona y seguir con investigaciones realizadas hace dos años por el científico estadounidense Mark Bonta.
Según las primeras apreciaciones de los expertos, la ciudad no perteneció ni estuvo vinculada con la cultura maya, la cual habitó Mesoamérica y desapareció en los siglos IX y X de nuestra era, porque las piezas de cerámica encontradas son lisas y no grabadas.
De acuerdo a la opinión de los arqueólogos hay certeza de que la civilización floreció en la época precolombina por los materiales utilizados, que demuestran la participación en el intercambio de bienes de consumo.
Además, los hallazgos permiten observar influencias de otras zonas de Mesoamérica, como Guatemala y México en el norte, y Nicaragua y Costa Rica al sur.
El hallazgo de estas ruinas resultan un incentivo para continuar la búsqueda de otros sitios arqueológicos en la región, así como en el resto del país (de 112.492 km2), con el objetivo de realizar un inventario de las zonas arqueológicas.


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