Año CXXXVI
 Nº 49.859
Rosario,
domingo  01 de
junio de 2003
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Los vecinos no ahorran quejas por la falta de mantenimiento del predio
Es lamentable el estado del parque Alem
Los bancos están rotos, el césped arruinado, los baños abandonados y sucios, y hay juegos que no funcionan

Bancos rotos, césped arruinado, baños abandonados y sucios, hamacas rotas, juegos infantiles despintados y tachos de basura robados. Con ese panorama se encuentran los rosarinos que llegan al parque Alem y La Capital lo comprobó ayer en una recorrida. Las quejas no provienen sólo de los visitantes de fin de semana, sino que son los vecinos del barrio los que aseguran que la Municipalidad abandonó a este tradicional parque de la zona norte.
"Los juegos están en malas condiciones y cuando llueve toda esa área queda inundada por días enteros", protestó María Angélica, una vecina del barrio que suele llevar a sus hijos a jugar todas las tardes.
Es que hay hamacas que están clausuradas (quedaron enrolladas sobre el travesaño), mientras que los otros juegos están totalmente despintados. Y tal como aseguraron los vecinos a La Capital, no hay arena suficiente como para evitar que se formen extensos charcos los días de lluvia.
Además, los picaditos de fútbol organizados por adolescentes terminaron con buena parte del césped y ahora se ven grandes sectores de tierra. Incluso, donde el verde todavía persiste, el césped suele crecer demasiado hasta que la Dirección de Parques y Paseos se acuerda de cortarlo.
La falta de poda de los árboles es otra de las quejas de los vecinos. "Pasan años y nadie se acuerda que a estos árboles añosos hay que mantenerlos de vez en cuando", dijo Alicia, quien también vive por la zona.
La tradicional pérgola del parque que se ve desde la Avenida de la Costa también deja mucho que desear. Sus columnas, que alguna vez fueron blancas, hoy están tapadas de inscripciones con aerosol y graffitis.
Y una de las cosas que más preocupa a los padres que llegan hasta el parque con sus hijos es el estado de los baños públicos instalados en el lugar. El edificio donde se ubican está totalmente derruido, con pintadas y graffitis en el exterior.
Pero lo peor es su estado interior. El olor a orina es insoportable, algunos de los viejos lavatorios están sucios y fuera de funcionamiento, las paredes y las puertas están escritas, y sólo hay letrinas en mal estado.
"Nadie puede pensar en llevar a una criatura a esos baños cuando son un verdadero foco de infecciones y eso se siente en el olor que despiden", protestó Eduardo, un padre que ayer paseaba por allí con su familia.
Los bancos, las fuentes y las estatuas del predio también fueron víctimas de los destrozos.
La fuente ubicada en el centro del predio está totalmente vacía y sólo se llena de agua estancada cuando llueve. Las estatuas están tapadas de inscripciones. Algunos bancos fueron arrancados completamente y sólo quedaron a la vista sus patas de cemento. Y lo mismo sucedió con los bebederos, que quedaron completamente inutilizados por el vandalismo.
Y mientras la suciedad abunda, lo que escasea en todo el predio son los tachos de basura, que fueron literalmente arrancados. Así, los visitantes más cuidadosos juntan sus residuos en una bolsa y los tiran donde corresponde, pero la mayoría deja botellas, bolsas y paquetes vacíos desparramados por el césped.



La agresión es tal que de los bancos quedan las bases. (Foto: Enrique Rodríguez)
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