Año CXXXVI
 Nº 49.858
Rosario,
sábado  31 de
mayo de 2003
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Catástrofe. Proponen crear un fondo de emergencia junto con las entidades
Oscar Alloatti: "Parte de las retenciones debe ir a obras contra inundaciones"
El secretario de Agricultura señaló que las pérdidas en el sector superan los 1.200 millones de pesos

El secretario de Agricultura de Santa Fe, Oscar Alloatti, se pronunció a favor de que parte de los recursos captados por el gobierno nacional a través de las retenciones u otros impuestos se vuelquen al desarrollo de infraestructura para controlar y evitar las inundaciones. En ese sentido, consideró que se debe crear un fondo de emergencia administrado por el sector público y el privado y sugirió que las obras públicas que se realicen en materia de drenaje sean "de pequeña envergadura y regulables" para adaptarse a los cambios de ciclos climático. El funcionario estimó que las pérdidas productivas por la catástrofe llegan a 1.226 millones de pesos y aseguró que la ganadería será el sector que más tardará en recuperarse. Asimismo, anunció que se reeditarán los créditos "Tamberos" para evitar el cierre de tambos por la crisis hídrica , y que se trabajará con las organizaciones intermedias para canalizar la asistencia al sector ganadero y frutihortícola.
-¿Qué evaluación hacen del daño por las inundaciones en el sector agropecuario?
-En el centro norte, el daño fuera muy grande a nivel de campo. El grueso de esta zona tiene pastos naturales, que tolera un tiempo pero finalmente se seca y, al irse el agua, en el invierno, no hay rebrote. Allí hay casi 3,5 millones de cabezas de ganado que tienen las crías al nacer en esta primavera, y poco después se les da servicio para lograr las crías del año próximo. Además de las muertes de terneros y de algunas vacas, lo que va a pasar es que la vaca va a estar flaca. al parir su ternero en la primavera, no va a tomar una nueva preñez y, como consecuencia, no va a haber dentro de dos años la cantidad de terneros a la que estábamos acostumbrados. En lo que es tambo, la zona afectada es de 350 mil hectáreas. Como en el tambo se produce ahora a base de alfalfa, que muere con la napa alta, hay que retomar las siembras cuando el agua baje. Va a tener que dar más comida comprada. En ese sentido, la relación maíz/leche es buena para dar maíz. Pero el tema es que han colapsado los caminos. Los quinteros perdieron todo. En agricultura, el daño no fue tan grande porque la zona no es muy agrícola y, cuando fueron las lluvias, se había levantado casi la mitad de la cosecha. Las pérdidas se estiman en 1.226 millones de pesos.
-¿Cuánto tardará la recuperación?
-La recuperación de las hortalizas puede darse en primavera, en lechería va a llevar un año entero, en agricultura será seis meses o un año, según si se llega a la cosecha fina o a la gruesa, y en ganadería de carne, volver a la normalidad llevará dos años.
-¿Va a haber asistencia?
-En lechería, lo que vamos a hacer es reeditar lo que fue en 2000/2001 el crédito Tamberos, para que recuperen capacidad de trabajo. En esa oportunidad fue a tasa cero, y esperamos volver a hacerlo de esa manera. En ganadería de carne pensamos hacer un sistema similar, en el cual podrían estar trabajando como intermediadores las fundaciones o UEL. El mismo trabajo vamos a hacer con los quinteros, que perdieron todo.
-¿El avance de la agricultura y de la soja tiene algo que ver con la situación que se está viviendo?
-La catástrofe climática no se debe al cambio del sistema productivo. Es un fenómeno que tiene que ver con el planeta tierra y se da también en otros lados. Llovió mucho más de lo acostumbrado. Sí estamos atentos a preservar las economías regionales. La competitividad que la soja adquirió en la última década fue de 9 quintales por hectárea. Las otras producciones no adquirieron esa competitividad, por lo tanto, es muy difícil que puedan resistir. El problema es que cuando se cae una desmotadora de algodón, un ingenio azucarero o una fábrica de lácteos, difícilmente retorne. Porque hay que hacer una inversión de cero. En este sentido, el Estado santafesino interviene con políticas anticíclicas. Por ejemplo, ayudando al productor algodonero cuando el precio era malo. Eso permitió que hoy haya productores para sembrar cuando los textiles se quejan de la falta de materia prima. Tratamos de preservar a los que llamamos guardianes de fronteras, que puedan mantener actividades como la ganadería, la caña de azúcar, el algodón, el arroz. En lechería por ejemplo, va a caer la producción pero queremos evitar que se caigan tambos, porque a eso le sigue el cierre de industrias.
-¿Se deben usar las retenciones para realizar las obras de infraestructura que eviten nuevas inundaciones?
-Los recursos que se sacan del territorio tienen que ser de uso compartido. Desde enero estamos hablando de un fondo de emergencia agropecuaria manejado por las entidades y el Estado. Con algunos usos que ya estamos diseñando: masificación del seguro multirriesgo agrícola; mejoramiento de las condiciones de financiación, como en este caso para absorción de tasas, y reparación de infraestructura dañada por los fenómenos climáticos. También para generar los recursos humanos y la investigación y desarrollo para sustentar las decisiones. Por ejemplo, hoy se plantea que la napa está a flor de tierra en la mitad de la provincia y se dice que hay que bajarla. Pero la información de soporte para hacer la discusión sobre si la napa tiene que estar a 10 centímetros, 50 o a un metro, no la tenemos.
-¿Y cómo se deben encarar entonces las obras de infraestructura?
-Hay dos vertientes. Una local, con la experiencia ganada por los comités de cuenca y otra internacional. Estamos viendo que hay países que han hecho un desarrollo y ahora lo están revirtiendo. Holanda está desplazando la parte habitable de los polders, dejando producciones pero no gente, porque consideran que el flujo y reflujo de las mareas forma parte de mantener el sistema. Nosotros tenemos una llanura con un mar en suspensión debajo. Sube y baja la marea. Pero esa napa es la que está generando la gran productividad de la pampa húmeda Vos tenés la napa a medio metro y sacás 9 mil kilos de maíz en todos lados. Ahora, a largo plazo no sabemos qué puede pasar. Porque hasta los años 60 y 70 las napas en Argentina bajaron y mucho. El siglo XX arranca con ciclos de poca lluvia hasta los 70, cuando cambió. ¿Cuánto va a durar este ciclo? No sabemos.
-¿Entonces no se puede hacer nada?
-Sí. Creo que que hay que hacer obras de pequeña envergadura y todas regulables. Si hacés una canalización tenés que tener forma de cerrar el canal. En el caso de la producción de ganado, lo que yo haría es una altura para que la hacienda duerma en lo seco y que vaya a comer el pasto en el agua. Y tener un poco de reserva. En la ganadería con pastos naturales no hay otra. Es como una isla. En el caso de los tambos, está la duda. Porque en el año 80 la napa en la zona tambera estuvo a flor de tierra. Pero el pasto era achicoria, trébol blanco, pastos que cuando llega el agua nace de nuevo la semilla guacha. La alfalfa no.
-¿En agricultura?
-En la agricultura, el fenómeno de la siembra directa, pone a favor el control de la erosión, la economía de agua en ciclos secos y facilita muchísimo el manejo de siembra y cosecha por el piso. En los ciclos muy húmedos tiene la contra de una acumulación adicional. Pero de todas maneras, las ventajas superan lejos las desventajas. En estos momentos, los lotes que se están cosechando en zonas inundadas son todos en directa, porque da el piso.



Alloati anunció nuevos créditos para el sector.
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