Con más de 140 expositores y la novedad de un espacio para la exposición de máquinas tradicionales, la Feria Santafesina de Productos Alternativos (Fespal) mostró en su edición 2003 la consolidación del negocio de las actividades no tradicionales, a partir del asociativismo, la gestión empresaria y el salto de escala.
La exposición de Chabás, localidad que ahora busca convertirse en referente de la producción alternativa a nivel nacional, mostró experiencias muy avanzadas en arándanos, aromáticas y agroturismo, la consolidación de la producción artesanal y asociativa de dulces y licores, la presencia de proveedores y prestadores de servicio y un conjunto de producciones relacionadas con pequeños animales, como conejos, aves y chinchillas.
"Cuando empezamos a trabajar en el apoyo a este tipo de emprendimientos, la soja estaba por el piso y la idea era explorar nuevas alternativas para diversificar la producción en medio de la crisis, ahora la situación es muy distinta y los productores de la región están atravesando un buen momento, por lo cual el objetivo pasa en esta instancia por capturar parte del excedente que deja la producción tradicional y volcarlo a nuevas actividades, que además son generadoras de mano de obra", explicó Osvaldo Salomón, presidente comunal de Chabás.
El funcionario apuntó a uno de los principales temas a tener en cuenta en referencia a este tipo de producciones. En primer lugar, la certeza de que para llevar adelante estos emprendimientos se necesita capital (lo que implica muchas veces la necesidad de asociarse), dedicación y manejo empresario. Y le dio un giro a la cosa: "En esta zona, con alquileres de 12 a 14 quintales de soja, el propietario de un pequeño y mediano establecimiento puede vivir del arrendamiento tranquilamente, y nosotros queremos incentivarlo a recuperar la cultura del trabajo, con emprendimientos que pueden ayudar a mantener a la familia rural en la zona y además dejar buenos resultados".
En este sentido, desde la comuna, las asociaciones de productores, el Ministerio de Producción de la provincia y organizaciones como la Facultad de Ciencias Agrarias se trabaja para contener y apoyar estos proyectos. La propia Fespal, que se convirtió en la única muestra del país especializada en esta producción, es el resultado de este proceso interactivo.
"Producir alternativos no es criar pollos en el patio de la casa, implica todo un esfuerzo de gestión y un capital, pero la ventaja es que el emprendedor que se mete en serio en esto llega con una visión moderna, en la cual el asociativismo es algo natural, lo mismo que la organización por producciones y la integración con el resto de la cadena", subrayó Héctor Busilachi, secretario de Producción de Chabás y mentor de la muestra.
Esta última edición de Fespal, la Asociación de Productores de Aromáticas (Apar) firmó un convenio con la la cooperativa entrerriana La Agrícola Regional, una de las más grandes del país, para homogeneizar normas de calidad (lo que les permitirá defender en un mercado que hoy no está muy diferenciado) y asociarse para exportar directamente.
Los productores de arándanos, por su parte, formalizaron la creación de una cooperativa que, con más de 20 miembros que trabajan en forma asociativa en el sur de Santa Fe y Córdoba, prevé exportar este año 10 toneladas de ese producto que tiene colocación inmediata en el hemisferio norte.
En el marco de Fespal también se lanzó el programa para la reconversión de la producción de Aloé en la zona. Un plan del que participa el Magic y la Facultad de Ciencias Agrarias, que apunta a reconvertir las especies plantadas en esta zona por grupos de emprendedores, que habían adquirido a un proveedor privado variedades de poca salida comercial.
Por otro lado se está trabajando también en un registro de proveedores de productores alternativos y además se realizaron encuentros de negocios con supermercadistas del sur de Santa Fe. "Una tarea en la que tenemos que empezar a trabajar muy fuerte es en la formación y capacitación de distribuidores de productos artesanales para que sepan defender el precio en un artículo que tiene un calidad especial", señalaban en el stand de "La Despensa", empresa creada por un grupo de mujeres de Sanford, que vende distintos tipos de dulces y conservas caseras pero que también fracciona aromáticas que les provee Apar, todo un caso de sinergia entre emprendedores.
La ofensiva de las mujeres también se hizo sentir con el stand de Artesanas de la Cocina, un emprendimiento asociativo de la ciudad de Pérez que creció velozmente en el último año. Dulces, licores y artesanías comestibles y de confección dominaron gran parte del pabellón central en Chabás. Pero, a diferencia de ediciones anteriores, los expositores mostraron otra escala. Un ejemplo es el caso de Nono Don, que el año pasado había presentado el limoncello y en esta edición desembarcó con una línea mucho más variada, acorde a los planes de expansión que tiene en carpeta.
Para el segmento de artesanales, diversificar la oferta y mejorar la presentación de los mismos es más que una coquetería. Significa en muchos casos que el negocio tomó otra dimensión. Esto moviliza, a su vez, otros emprendimientos, como los de los envasadores o los fabricantes de etiquetas.
La muestra contó además con un espacio para la presentación de desarrollos en energía alternativa, institucionales, apicultura, agroturismo y pequeños animales. Una de las presentaciones más curiosas fue las de la cetrería, el arte de adiestramiento de halcones que permiten prestar servicios en aeropuertos o en el control de plagas en silos, como halcones y roedores. La cámara de Microemprendedores de Rosario, que funciona en la Asociación Empresaria de Rosario, llegó también con sus asociados, entre los que se cuentan apicultores, elaboradores de alimentos para celíacos, diseño de interiores y huertas orgánicas.
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La Ciudad
