En cuatro días dos crímenes conmocionaron a Casilda

Apuñaló a su compañero de rancho y lo enterró en el patio

El hecho habría ocurrido hace unos ocho días, en el final de una brutal discusión

Gustavo Orellano / La Capital

Casilda.- La policía halló el cadáver de un hombre que estaba enterrado en el fondo de su rancho, ubicado en una zona marginal del barrio Nueva Roma B al sudoeste de Casilda y rodeado por unas pocas casas precarias, excepto una quinta cuya fisonomía contrasta con el paisaje general del humilde vecindario.
La víctima fue identificada extraoficialmente como Juan Pedro Barreto, quien era conocido como el Coreanito y oriundo de San Javier. Según las primeras pericias, el hombre fue asesinado de una certera puñalada en el corazón hace unos ocho días. El crimen fue el corolario de una discusión que mantuvo con su compañero de morada, Marcelo Omar Núñez, apodado Mocoví, quien fue detenido y habría confesado su autoría ante los investigadores.
El macabro hallazgo se produjo alrededor de las 13.30 de ayer. El cuerpo estaba sepultado a unos 15 metros de la casilla de chapa que compartían Barreto y Nuñez sobre la calle Victoria, en el barrio Nueva Roma B. Allí, durante una hora, agentes de la División Judiciales y la Agrupación Unidades Especiales de la Unidad Regional IV trabajaron junto a bomberos y bajo la supervisión de la jueza penal de esta ciudad, Silvia Nogueras.
Al respecto, la magistrada ordenó el secuestro de dos palas, una zapatilla embarrada y un cuchillo, todos elementos que serían importantes pruebas que comprometen la situación procesal de Núñez. Asimismo, Nogueras dispuso el traslado del cadáver al Hospital San Carlos donde se le practicará la autopsia correspondiente.
La investigación surgió a partir de un dato que permitió echar luz a un caso que tranquilamente podría haber quedado oculto por sus características. El primer paso que dio la policía fue interceptar a Núñez cuando caminaba a unas pocas cuadras del lugar hecho. Allí intentó despistarlos diciéndole que su amigo había viajado a otro pueblo, pero su nerviosismo delató algo extraño.
La sensación policial fue la correcta: en la comisaría el hombre reconoció haber matado y enterrado a Barreto luego de que se le preguntara sobre el montículo de tierra que había en el fondo del rancho y que fue detectado gracias a una pesquiza realizada en el lugar. El Coreano residía en Casilda desde hacía algunos años y trabajaba en uno de los hornos de ladrillos que funcionan en la zona periférica del barrio Nueva Roma. Al parecer hacía dos meses que compartía su rancho con Núñez, quien habría vivido anteriormente en Gabín 9, en Pérez.
Los vecinos comentan que por las noches solían emborracharse y que no tenían demasiado trato con la barriada. "Lo conocíamos de vista pero nunca charlé con ellos. Como se comenta que les gustaba tomar, tal vez en alguna noche de borrachera se pelearon y pasó lo que pasó", dijo un vecino.

Policías y bomberos encontraron el cadáver.