El presidente Néstor Kirchner advirtió: "Aunque a algunos no les guste, otro país se viene, porque no nos faltan ni ganas, ni fuerza ni decisión de construir una Argentina distinta". El jefe del Estado sustentó de este modo el primer éxito de su flamante gestión. En cuestión de horas, viajó a Entre Ríos y firmó el acta-acuerdo que permitió que hoy se inicien normalmente las clases en esa provincia tras un prolongado conflicto docente.
"Tenemos que trabajar mucho y estar donde están los problemas", enfatizó Kirchner al hablar en el colmado salón principal del Consejo General de Educación (CGE) entrerriano.
El presidente y el ministro de Educación, Daniel Filmus, se ganaron una ovación tanto al ingresar como al retirarse del lugar, mientras que el gobernador de Entre Ríos, Sergio Montiel, fue agredido verbal y físicamente (ver aparte). Cuando Kirchner pidió que ingresara al salón el público que permanecía manifestando en la calle, el mandatario provincial optó por abandonar el recinto.
También se encontraban miembros del gabinete entrerriano, encabezados por el ministro de Economía, Oscar Berón, quienes fueron abucheados por numerosos empleados públicos, docentes y simpatizantes del PJ que esperaban a Kirchner haciendo detonar bombas de estruendo.
"Nos faltarán muchas cosas, pero no ganas, ni fuerza ni decisión de construir una Argentina distinta", aseguró el presidente, quien resaltó que, "aunque a algunos no les guste, otro país se viene".
El acuerdo permitió que los maestros entrerrianos comiencen hoy a dictarles clases a unos 160 mil alumnos. La Nación abonará toda la deuda salarial, mientras que la provincia pagará sin atrasos a los docentes, según reveló la titular de la Ctera, Marta Maffei, quien también estuvo en el acto.
La deuda con los maestros, que asciende a 84 millones de pesos hasta abril de este año, será saldada por la Nación en los próximos 10 días hábiles. Y, como los chicos tampoco terminaron el ciclo lectivo 2002 por los conflictos, se acordó con Educación la creación de una comisión para la recuperación de los contenidos escolares.
Asimismo, Filmus adelantó su interés en promover una ley que reglamente el derecho a la educación a partir de que los gobiernos provinciales cumplan con un mínimo de 180 días de clase en todo el país.
El acuerdo se logró tras la llegada de un crédito de 400 millones de dólares que gestionó el gobierno de Eduardo Duhalde con el Banco Mundial. Ahora se creará un fondo fiduciario para las siete provincias con mayor riesgo económico, a fin de garantizar el pago en tiempo a los docentes y el normal dictado de clases.
La idea del fondo, estudiada por el ex ministro de Educación Juan Llach y luego tomada Andrés Delich, para desactivar las incesantes huelgas docentes no pudo materializarse tras fuertes anuncios.
El viaje de Kirchner a Entre Ríos, motivado en la buena predisposición de la Ctera y del gobierno de Montiel, estuvo precedido por un secreto y una desinformación de tal magnitud en la Casa Rosada que, durante dos horas, se desconoció su paradero. El jefe del Estado partió a las 12.55 de Balcarce 50 sin custodia. Ni siquiera lo acompañó su edecán de turno.
A las 15.30 se supo que el presidente subió a un avión oficial con rumbo a Paraná (Filmus ya estaba en la capital entrerriana) para destrabar en forma personal el conflicto docente. Lo hizo junto al ministro del Interior, Aníbal Fernández, el vocero Miguel Núñez y su secretario privado, Daniel Muñoz. Antes habría tenido tiempo para almorzar con familiares en su departamento ubicado en Barrio Norte.
Agenda apretada
Por la mañana, el jefe del Estado mantuvo reuniones con sus ministros para ultimar la conformación del equipo de gobierno y avanzar en la etapa inicial de gestión. Los primeros encuentros fueron con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y el titular de Trabajo, Carlos Tomada, con quien definió la designación de los secretarios del área.
También se entrevistó con el ministro de Planificación, Julio de Vido, y con el jefe de Economía, Roberto Lavagna, junto a quien pulió detalles de los primeros anuncios que luego dio a conocer.
Otro de los visitantes fue el ex juez Luis Eduardo Duhalde, número puesto para Derechos Humanos. Antes de viajar a Paraná, Kirchner se reunió con el diputado entrerriano Pedro Guastavino, de quien es amigo personal desde la época en que ambos estudiaban y vivían juntos.
Kirchner le anticipó a Guastavino su decisión de solucionar el conflicto docente. "Está dispuesto a ponerse al frente de los problemas del interior y el país", sentenció el legislador al evaluar la actitud del santacruceño.