Año CXXXVI
 Nº 49.855
Rosario,
miércoles  28 de
mayo de 2003
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Emocionado adiós a los restos de Alfredo Bravo

Cientos de personas despidieron con emoción y aplausos los restos del diputado socialista Alfredo Bravo, cuando, desde el Congreso de la Nación, partió el cortejo fúnebre hacia el cementerio de la Chacarita. Antes de llegar a la necrópolis, la caravana que siguió a la carroza que transportaba el féretro del ex candidato a presidente, sindicalista docente y defensor de los derechos humanos, pasó por la Casa del Pueblo, sede del Partido Socialista, desde donde numerosos militantes arrojaron decenas de los típicos claveles rojos, símbolos de esa corriente política.
El cortejo pasó también por la escuela Luis Agote, en la que Bravo fue maestro, y por su casa del barrio de Saavedra. Ya en el cementerio, el féretro fue depositado en un nicho ante la presencia del jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, el intendente de Rosario, Hermes Binner, y el diputado Ariel Basteiro, entre otros legisladores y personalidades políticas.
Bravo, de 78 años, estaba casado con Martha Becerini y tenía dos hijos. Apenas un mes atrás, encabezó la fórmula presidencial que presentó el PS en la primera vuelta de la competencia electoral por la primera magistratura.
Desde el mismo momento que se instaló la capilla ardiente en el Congreso, el presidente Néstor Kirchner y su esposa la senadora Cristina Fernández, el vicepresidente Daniel Scioli, el jefe del Gobierno porteño Aníbal Ibarra, funcionarios, militantes, políticos, legisladores, dirigentes de derechos humanos y gremiales, y obviamente familiares y amigos, desfilaron en forma constante para despedir los restos del legislador.
De larga trayectoria, en el adiós final al diputado se recordó su trayectoria de lucha en defensa de la educación y por los derechos humanos, que lo llevó a presidir la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH).
Bravo, entonces dirigente docente, había sido detenido y torturado durante la última dictadura militar, lo cual lo convirtió en un símbolo del "nunca más".
En la capilla ardiente hablaron también sobre lo que significó Bravo los diputados socialistas Rubén Giustiniani y Jorge Rivas, la líder de ARI, Elisa Carrió, la cantante Susana Rinaldi (que si la Justicia falla a favor, terminaría ocupando la banca en el Senado que disputaba el diputado) y el abogado Juan Ramos Padilla, entre otros.



Binner y Giustiniani despidieron los restos del diputado.
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