cartas

Recuerdo de Schubert

Con motivo de los 175 años de la muerte de Franz Schubert, caigo en la memoria del viejo maestro de música cuando decía: "¡Vea esta nota, qué hermosa es, y la anterior cae justo en ella!". Se refería a dos notas musicales, en medio del ruido lejano de la calle o el ladrido del perrito vecino. Sólo él podía demorarse en admirar la exquisitez de esas dos notas en el pentagrama. La emoción le hacía derramar lágrimas. Alrededor continuaba el ajetreo del mundo. Este recuerdo no puede menos que surgir al analizar cuán divina era la chispa de genios de la música como Schubert o Brahms. Y me pregunto, ¿qué dan otros? Probablemente poco sabemos de ellos. En otros tiempos también azarosos para los pueblos, para los padres y los niños, siempre había alguien que escribía notas musicales sobre una servilleta de papel. Y un público escaso de entendidos, amigos y curiosos, van a escuchar esas notas maravillosas en el piano de Carmen, en la flauta de Leo, en la voz de Marta, porque necesitan que el sonido les haga vibrar el alma, una y otra vez.
Elda Scapigliati