Las ilusiones de River Plate de continuar en la 44ª edición de la Copa Libertadores se vieron frustradas anoche, luego de perder escandalosamente con América de Cali por 4 a 1, en un accidentado partido jugado en el estadio Pascual Guerrero.
De esta manera, el equipo rojo sacó máxima renta de la goleada alcanzada en el cotejo desquite de cuartos de final, luego de haber caído 1-2 en la ida. De esta manera, América se convirtió en el primer semifinalista y espera al ganador de la llave que sostienen Boca Juniors y Cobreloa de Chile (juegan hoy).
La clasificación del elenco colombiano se definió en la primera parte, cuando Julián Vásquez, en dos oportunidades, y Jairo Castillo, sentenciaron un 3-0 casi imposible de levantar.
En la segunda parte, una arremetida de Daniel Ludueña encendió la esperanza, aunque, luego las expulsiones de Claudio y Darío Husaín, el amago de pelea con el técnico rival, Fernando Castro, y un nuevo tanto de Leonardo Moreno, sepultó cualquier atisbo de reacción.
Hasta antes de la apertura del marcador (29'), River parecía manejar el ritmo del partido. Sin embargo bastó que David Ferreira y Fabián Vargas comenzaran a prevalecer en la mitad de la cancha y que Vásquez y Castillo se juntaran, para que la defensa de River empezara a flaquear.
A los 29' América cantó el primero. Rubén Bustos hizo un lateral desde el costado derecho, Luis Asprilla peinó en el primer palo y Vásquez aplicó otro cabezazo para desatar el delirio de la parcialidad roja.
Y River no tuvo tiempo de reaccionar, ya que a los 35', un pelotazo puesto a las espaldas de Garcé encontró otra vez a Vásquez y el remate del delantero, que parecía sencillo de controlar, se le escurrió de entre las manos a Buljubasich y fue a parar al fondo de la red.
El 0-2 ya era sinónimo de eliminación, aunque el golpe de gracia antes del término del primer tiempo lo otorgó Castillo, a los 42', luego de que el lateral zurdo Kilian Virviescas armara un desborde de novela por su costado.
En el complemento Cavenaghi avisó en dos oportunidades, pero sus remates se fueron apenas desviados. Y River siguió insistiendo en procura de llegar al resultado que le permitiera dirimir su suerte a través de los penales.
No obstante, la claridad para acercarse a Robinson Zapata nunca apareció y, por el contrario, a falta de cuatro minutos para el cierre, Claudio Husaín sacó falsa patente de guapo cuando le tiró una trompada al técnico colombiano Fernando Castro (pateó lejos una pelota cuando River se disponía a practicar un lateral) y vio la tarjeta roja de parte del uruguayo Méndez.
Y así, todo degeneró en un nuevo tumulto, en las escenas de la Copa Libertadores de siempre, con la policía local agrediendo a los jugadores visitantes, con las corridas entre unos y otros y dos expulsados más: Luis Asprilla, por los colombianos, y Darío Husaín, por los millonarios.
Más tarde, en el cuarto de los nueve minutos de extensión, Ariel Garcé cometió una infracción y, como estaba amonestado, también recibió la tarjeta roja pertinente.
De allí hasta el final fue tiempo de descontrol, de provocaciones de los colombianos y hasta hubo otro gol más: un remate de Moreno, en el noveno minuto de descuento.
Así terminó el sueño millonario en la Copa, quedó trunco el enfrentamiento en semifinales con Boca y se agigantan los nubarrones de tormenta que se avecinan sobre el campamento del chileno Pellegrini.
| |