Vaquero, campera de jeans, zapatillas. Mauro Rosales estuvo en el entrenamiento rojinegro matutino en Bella Vista pero sólo para que el médico Ignacio Astore le aplicara una inyección y para trabajar con el masajista. El delantero rojinegro, pieza fundamental en el equipo de Héctor Veira, preocupa al técnico porque puede no llegar de la mejor formar para jugar el domingo frente a Olimpo en Bahía Blanca, pero de todas formas las proyecciones son optimistas en cuanto a sus posibilidades de estar entre los once. Rosales chocó el sábado último con el arquero Juan Carlos Olave y no sólo recibió un traumatismo derecho sobre el ligamento externo de la rodilla derecha, sino que sintió que "se movía hacia adentro. Al principio me asusté pero se me fue pasando el dolor. Eso sí, el domingo no podía ni caminar", relató el propio Rosales, quien pese a la preocupación cree "que me voy a recuperar bien. El médico me dijo que el jueves estaré bien". "Es un poquito preocupante la lesión porque no me dejó entrenar dos días, pero espero mañana hacerlo con normalidad", aunque esto último lo descartó el médico. "Creo que voy a llegar al domingo", confió el delantero. El médico Ignacio Astore también confía en que Rosales estará el domingo. "Tiene dolor pero está disminuyendo. Lo vamos a preservar hasta el jueves", explicó. Astore consideró que "lo veo bien. Va mejorando mucho y eso es un buen indicio. En estos días no entrenó por el dolor pero no porque no lo hayamos dejado". Por la tarde, Rosales concurrió al gimnasio para fortalecer la masa muscular de la pierna derecha y en principio hoy haría lo mismo para comenzar mañana con los trabajos de campo.
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