Año CXXXVI
 Nº 49.854
Rosario,
martes  27 de
mayo de 2003
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Las estrategias comerciales de las marcas para seguir en carrera
No aumentan los precios, pero reducen los contenidos netos
No es ilegal, pero para los defensores de los consumidores es una trampa al cliente. Mejor abrir los ojos

Marcelo Castaños / La Capital

El hombre recogió el paquete de galletitas contento por la "superoferta". Era el que acostumbraba llevar al jardín de su hija, donde le pedían medio kilo por mes. Pero en el jardín fueron claros: "Todos los padres están trayendo estos paquetes de 400 gramos, llegamos a la cuarta semana del mes y nos quedamos sin galletitas". El hombre se sonrojó. Desde hace tiempo, las empresas aguzaron la imaginación y comenzaron a tejer estrategias para camuflar los reiterados aumentos o para tentar a quien ya no puede gastar más. Galletitas, arvejas, aceites y yogures con menos contenido neto, o pañales con menos unidades por paquete son algunas de las mañas.
Uno de los recursos más usados últimamente es la disminución de las cantidades por envase. Una conocida marca de aceite que antes vendía el producto en botellas de un litro la cambió por una en apariencia igual, pero de 900 centímetros cúbicos. Por lo menos dos marcas líderes en el mercado de golosinas presentan sus galletitas dulces surtidas en envases iguales a las otrora de medio kilo, pero con 400 gramos.
Un mercado publicita una marca líder de jabón a un precio conveniente. El cliente piensa que es un jabón estándar, pero cuando llega a la góndola se encuentra con que es mucho más chico que los que suele usar. También en el rubro champú, crema enjuague y desodorante se empezaron a ver recipientes más pequeños.
"Son estrategias de marketing muy diseminadas. Es una actitud engañosa hacia el cliente, que cree estar comprando una cosa y en realidad lleva otra. Cambian los pesos para desorientar", explica Alberto Muñoz, de la Unión de Usuarios y Consumidores.
El dirigente puso el ejemplo de una marca de galletitas que exhibe un paquete de un tamaño y al lado un pack de tres paquetes con precio tentador. La proximidad hace pensar al cliente que esos tres paquetes son del mismo tamaño del que está frente a sus ojos. No se fija en el contenido neto de cada uno: los paquetes que están en la caja tienen menos mercadería que el que se expone.
Un relevamiento realizado por la Asociación Civil La Comuna da cuenta de este artilugio. Una marca de galletitas de agua que antes vendía su caja de 800 gramos disminuyó el contenido a 600. Antes, la caja costaba 3,36 pesos, ahora vale 3,41. Es decir, aumentó solamente cinco centavos, pero en los hechos perdió el 25% de la mercadería. Desde la competencia, otra marca bajó de 780 a 720 gramos sus cajas y aumentó el precio de 3,24 a 3,80 pesos. O sea, doble aumento.
En otro rubro donde se nota es el de las arvejas. La Comuna siguió el comportamiento de dos marcas conocidas, que bajaron el contenido de la lata de 380 a 350 gramos. Una mantiene el precio de 1,53 peso; la otra lo bajó de 1,30 a 1,25 peso. Es decir que, mientras la disminución del peso fue de 7,9%; la de precio, de 3,8%.

Pañales al descenso
Los pañales también variaron muchísimo. Marcas que el año pasado vendían paquetes con 18 unidades ahora vienen de a 14. Una línea de pañales de máxima protección se vende por 14 unidades cuando antes tenía 16, y al mismo precio. Una línea económica de la competencia empezó con 14 pañales y los bajó a 12, a 6,30 pesos, cuando antes salía 5,89. De nuevo, aumento real y aumento encubierto.
Otro caso es el de los yogures. Una empresa con sede en Chascomús cambió el envase de 200 gramos por el de 130, además de aumentarle el precio. Y una firma láctea que produce en Rosario cambió sus vasitos de 180 gramos por otros de 160, y subió el precio de 83 a 85 centavos, según los registros de La Comuna.
El caso de los yogures llega a ser asombroso: una marca que dice convertir pininos en jugadores de básquet entrega el producto en dos envases pegados de 45 gramos cada uno. Son dos, pero juntos no hacen uno. La misma estrategia tomó una marca internacional con sus petit productos. Cuatro envases de 45 gramos se venden al mismo precio que cuatro de 125 gramos de una marca santafesina. Los primeros prometen "crecimiento"; los segundos, "vida".
Algunos detergentes bajaron su contenido de 750 a 650 centímetros cúbicos, con el mismo precio. En un caso concreto lo mantuvo a 2,39 pesos.
Otra estrategia fue directamente hacer desaparecer una categoría de peso. Un jabón en polvo, por ejemplo, sacó del mercado sus paquetes de 800 gramos, que costaban 4,65 pesos, dejó en las góndolas los paquetes de 400 y lanzó otro de 1,5 kilo a 10,21 pesos. Es decir, más caro de lo que pagaba dos de 800. La competencia no se hizo esperar.
El presidente de La Comuna, Carlos Comi, sugirió a la gente que "preste muchísima atención cuando mira los productos, y en lo posible que no los compre, porque significa darles la razón a los estrategas de marketing que apelan al engaño".
Mientras tanto, quienes estaban acostumbrados a comprar paquetes de fideos en unidades de 500 gramos ahora se llevan 400, una marca de semillitas bajó su contenido de 24 a 18 gramos, las bolsas de papas fritas parecen traer cada vez más aire y menos papas fritas, y la lista sigue.
"Hay que tener en claro que no hay algo ilegal, desde el punto de vista jurídico no se puede accionar. El engaño moral al consumidor, por así decirlo, está en que bajan los contenidos netos y los presentan con los mismos envases, emiten una publicidad que apunta a otro beneficio pero omiten el tema del volumen. Si no te diste cuenta, jorobate", resume Néstor Cardinali, de la Asociación de Defensa del Consumidor (Adelco). "No hay estafa porque el comerciante no miente, aunque hay una trampa por omisión", remata.



Ilustración: Gabriel Ippoliti.
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