Entre los carteles enarbolados por los cientos de miles de franceses podían verse retratos del Che entre cientos de frases contra el gobierno. Una maestra llevaba una pancarta que decía: "Se vende República Francesa, su escuela, sus valores", resumiendo el malestar entre los empleados públicos. Desde principios de mes, las huelgas y las marchas se multiplicaron en Francia. Maestros, policías, enfermeras, empleados de correos y de los transportes públicos, entre otros muchos, salen constantemente a las calles. Muchos de los que protestan son funcionarios, quienes enarbolan numerosas banderas sindicales o regionales como la vasca, la catalana o la bretona, y a veces la de la disuelta Unión Soviética. No podía faltar el retrato del Che. "Es el símbolo de que hay que luchar siempre hasta la victoria", explicó Josef Mariotti, un sindicalista de Saint-Tropez, que llevaba una bandera roja con el inevitable rostro de Ernesto Guevara. La mayoría de los sindicatos convocaron a la manifestación nacional de ayer para exigir que el gobierno retire su proyecto de reforma del sistema de jubilación. La protesta apunta al presidente Jacques Chirac, quien arrasó en las elecciones presidenciales de mayo de 2002 con casi el 82% de los votos y un mes después la gubernamental Unión por la Mayoría Presidencial (UMP) consiguió un aplastante triunfo con 369 de los 576 escaños del Parlamento. En Francia, sin embargo, la presión de la calle puede dar resultados como ocurrió en 1995. La derecha también gobernaba entonces con mayoría absoluta y se vio forzada a retirar su proyecto de reforma de las pensiones bajo la presión de continuas huelgas que paralizaron el país. Y dos años más tarde, la izquierda ganaba las elecciones legislativas. (AFP)
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