Para los temerarios que lograron llegar hasta Victoria, el panorama de aglomeración fue similar. En plena tarde soleada, aunque algo ventosa y fría, la plaza San Martín fue un verdadero hervidero de gente. Para las 18, había unas 4 mil almas recorriendo los puestos de artesanías desplegados en este punto estratégico de Victoria, hasta que llegó la noticia insólita: se habían agotado hasta las piezas confeccionadas por los artesanos del lugar. Fue una jornada colorida con música propalada a través de altoparlantes, números de artistas en vivo y shows de malabares y antorchas. Previamente habían hecho su paso los integrantes del Club de Automóviles Históricos de Rosario, que acordaron apurar el regreso con sus reliquias de cuatro ruedas ante la afluencia de gente en el puente. El sector gastronómico también colapsó. Los restaurantes, bares y confiterías estuvieron atestados de visitantes hasta incluso entrada la noche. A Victoria llegaron ayer los primeros contingentes turísticos de Rosario, quienes fueron recibidos por guías locales. También fue un atractivo para ciudadanos de Arroyo Seco, San Nicolás, Villa Constitución y hasta Córdoba. Quienes ayer madrugaron en la costa entrerriana pudieron saber de antemano que Victoria iba a colapsar de público. A las 9, la entrada a la ciudad ya era una verdadera caravana de autos, uno, tras otro, tras otro, tras otro...
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