El presidente Eduardo Duhalde firmó anoche los polémicos decretos mediante los cuales indultó al ex jefe guerrillero Enrique Gorriarán Merlo, condenado a la pena máxima por el copamiento al cuartel de La Tablada, y al ex líder carapintada Mohamed Alí Seineldín, quien purgaba reclusión perpetua por el alzamiento militar perpetrado en 1990.
El anuncio desde la Casa Rosada recayó sobre el vocero presidencial, Luis Verdi, quien no brindó detalles sobre el alcance de los decretos, que beneficiarían a 17 civiles y 8 militares.
La Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia, a cargo de Antonio Arcuri, elaboró en las últimas horas los decretos del perdón que Duhalde decidió otorgar como uno de sus últimos actos de gobierno. No obstante, el jefe del Estado recién estampó su rúbrica en los documentos pasadas las 21. Se espera que el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, brinde hoy precisiones durante su habitual conferencia de prensa.
El propio Duhalde reconoció que el tema de los indultos es "controvertido", por lo que aseguró que no deben esperarse más medidas de "esta envergadura". Además, aclaró que no consultó a su sucesor, Néstor Kirchner, antes de tomar esta decisión, que fue "muy meditada".
La demora en la firma de los decretos obedeció, según Verdi, a "cuestiones técnicas" que recién fueron acordadas por la noche. Durante toda la jornada, la medida cosechó críticas de dirigentes de la mayoría de los partidos políticos, de representantes de organismos defensores de los derechos humanos y de abogados (ver aparte).
Horas antes de la rúbrica presidencial, Atanasof había defendido la indulgencia a Seineldín y Gorriarán, dos hombres condenados a la pena máxima por hechos de violencia registrados en los gobiernos de Raúl Alfonsín (1983-89) y Carlos Menem (1989-99).
Los indultos constituyen un "aporte para la pacificación definitiva del país", dijo Atanasof, quien sostuvo que la medida es respaldada "en general" por la sociedad, pese a que sobrevinieron fuertes cuestionamientos.
"Se trata de una medida excepcional que busca cerrar un capítulo oscuro de la historia de enfrentamientos y violencia entre hermanos", insistió el jefe de Gabinete. Y agregó: "Esta fue una demanda de familiares y amigos de ambos grupos durante bastante tiempo. El gobierno cree que es el momento oportuno de adoptar este perdón".
Gorriarán, de 62 años, cumple reclusión perpetua en la cárcel de Villa Devoto por su responsabilidad en el ataque al cuartel de La Tablada perpetrado los días 23 y 24 de enero de 1989. Si bien logró huir del país tras el copamiento, en 1995 fue capturado por la Side en México y trasladado a la Argentina. Por haber estado prófugo, Gorriarán quedó al margen de la conmutación de penas que el entonces presidente Fernando de la Rúa firmó en 2001 en favor de la mayoría de los presos por el copamiento, en el que murieron 39 personas.
Se descuenta que Roberto Felicetti, mano derecha de Gorriarán en el Movimiento Todos por la Patria (MTP) que atacó La Tablada, también recuperará la libertad en las próximas horas.
Seineldín, ultranacionalista y veterano de la guerra de Malvinas, purga la pena máxima por haber encabezado el alzamiento militar del 3 de diciembre de 1990, durante el primer mandato de Menem.
Varias unidades del Ejército fueron copadas por los carapintadas en ataques que provocaron 8 muertes y causaron inestabilidad a la gestión de Menem. Seineldín, de 69 años, está preso desde hace 12 años y siete meses, aunque actualmente goza de un régimen de salidas transitorias.
Los beneficiarios de los indultos recuperarán la libertad cuando la Justicia sea oficialmente notificada del perdón presidencial.
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La Ciudad
