River definió agónicamente y dio un paso importante para avanzar a semifinales de la Libertadores, al ganarle a América de Cali por 2-1, en el compromiso de ida de la serie que animan ambos conjuntos y que finalizará el martes próximo en Colombia, con el cotejo revancha.
Un cabezazo de Matías Lequi, cuando se cumplía el último minuto del encuentro y después de un tiro de esquina ejecutado por Daniel Ludueña, le permitió a la escuadra del chileno Manuel Pellegrini festejar su sexto éxito consecutivo en el certamen continental, un récord en el historial de la entidad de Núñez.
En un estadio Monumental ocupado por cerca de 40 mil personas, el conjunto millonario se abrazó a un triunfo, si se quiere injusto, porque el adversario colombiano -sobre todo, en la segunda parte- manejó las riendas y lució más compacto.
Sin embargo, el cabezazo al ángulo del ex Central generó el desahogo de los parciales locales y mantuvo las ilusiones para la revancha del martes 27, a jugarse en el estadio Pascual Guerrero de Cali, a las 21.40 de nuestro país.
En la primera mitad, D'Alessandro había abierto la cuenta, a los 16 minutos. Y América niveló el tanteador, a los 13' del complemento, a través de Julián Vásquez.
Los primeros 25 minutos, con al menos siete oportunidades claras para convertir, del equipo de Pellegrini fueron para enmarcarlos.
Porque Luis González se sumaba a la zona de ataque y aprovechaba su lateral para lastimar continuamente, porque D'Alessandro pedía la pelota, juntaba adversarios y hacía estragos a partir de su zurda privilegiada.
Entonces, las situaciones de gol se fueron dando, una tras otras, hasta que el Cabezón decretó la apertura con un remate mordido de zurda que se desvió en un defensor y descolocó al arquero colombiano Robinson Zapata.
Cuando el capitán del equipo visitante, Fabián Vargas, comenzó a manejar los hilos, América de Cali dejó de ser un simple partenaire. Entonces, los colombianos empezaron a inquietar y exigir respuestas del seguro Buljubasich, quien evitó el gol en dos ocasiones.
Todo lo bueno que insinuó el América al final del primer período lo siguió reconfirmando apenas comenzado el complemento, con un Castillo imparable para una defensa millonaria que, a esa altura, ya lucía desbordada. Así, a los 13', y luego de una excursión hasta el fondo de Rubén Bustos, llegó el empate.
El volante colombiano recibió de Castillo y metió desde la derecha un centro bajo que encontró en la mitad del área a Vásquez, quien en esa instancia no falló y venció a Buljubasich.
Desorientado, River ni siquiera intentó por la vía del contraataque. Y el equipo colombiano, con mucho oficio y con el simple argumento de mover la pelota de un lado a otro, inquietó y desesperó a los millonarios.
Pero en un típico descuido de cualquier equipo colombiano, Lequi metió la cabeza y desató el delirio de los hinchas millonarios.
Injusto triunfo, pero en los tiempos futbolísticos que corren, a pocos parece importarle esta cuestión. (Télam)
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La Ciudad
