Año CXXXVI
 Nº 49.847
Rosario,
martes  20 de
mayo de 2003
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Fórmula Uno
Michael Schumacher mostró frialdad en un momento caliente

La frialdad del piloto alemán Michael Schumacher estuvo ayer en boca de todos, después de que el domingo en el Gran Premio de Austria se mantuviese tranquilo al volante de su Ferrari mientras su cockpit ardía a causa de un error en el repostaje.
"Schumacher es más fuerte que el fuego", tituló ayer el diario italiano Tuttosport, asombrado por la sobriedad del alemán, que no se movió de su cabina mientras sus mecánicos se afanaban por apagar el incendio con los extintores.
"No ayuda mucho perder la calma. Yo no puedo cambiar nada", explicó el pentacampeón mundial, que después de apagado el fuego volvió a la pista y logró su tercera victoria consecutiva esta temporada. "Tampoco tenía la sensación de estar en una situación extremadamente peligrosa".
El presidente de la escudería italiana, Luca di Montezemolo, confesó sin embargo que sus impresiones fueron muy distintas a las de su pupilo. "Pasé muchísimo miedo", aseguró.
Schumacher demostró una vez más en la "fiesta de fuego" del A1- Ring, como escribió ayer el diario austríaco Kleine Zeitung, su enorme calidad de como piloto y su proverbial sangre fría.
En vez de abandonar el bólido en llamas para salvarse, se mantuvo tranquilamente sentado en el cockpit y confío en su equipo para solucionar el problema.
"Uno confía en los mecánicos. Y acertadamente, si se ve qué bien y rápido reaccionaron", dijo el alemán, que elogió la celeridad de sus compañeros, quienes apagaron el fuego generado en la boca de repostaje en cinco segundos con tres extintores. "Tengo los mejores mecánicos del boxes y confío en ellos al ciento por ciento".
"Fuego y hielo", tituló ayer el periódico británico The Sun. "Ni siquiera las llamas pueden frenar al Ferrari", corroboró The Guardian.
Schumacher, cuya cabina ardió antes sólo una vez, hace 15 años en la Fórmula 3000, analizó la situación con rápidez y experiencia. "Es un piloto sin miedo", aseguró La Gazzetta dello Sport. "Mientras todos saltaban del sillón frente a sus televisores, él permaneció inmutable en su asiento".
"Sólo pensé en 1994 y en Jos (Verstappen) por un momento, pero me di cuenta rápidamente que no se había salido mucha gasolina, porque entonces las consecuencias hubieran sido diferentes", señaló el alemán.
En Hockenheim, el Benetton-Ford de su entonces compañero de equipo se incendió en el repostaje y el holandés se salvó del infierno sólo en el último segundo.
En Spielberg, Schumacher observó a través del retrovisor "sin gran preocupación" como su tiburón rojo ardía levemente. Después de que tras unos largos 20,4 segundos pudo finalmente volver a la pista, tuvo sin embargo que limpiase el visor de su casco "de la espuma de los extintores". El hecho de que pudiera disputar las 46 vueltas restantes sin ningún problema, incluso le sorprendió un poco.
La causa del incendio todavía es una incógnita. "Debemos investigarlo", confesó el director técnico del equipo, Ross Brawn. Según el jefe de la escudería italiana, Jean Todt, todavía quedaba algo de gasolina en la manguera del anterior repostaje del compañero de Schumacher, el brasileño Rubens Barrichello. Dichos restos debieron gotear sobre el ardiente coche y se encendieron inmediatamente.
"No sabíamos cuánta gasolina había entrado en el coche y qué pasaría en la siguente parada", explicó Todt. "Fueron momentos muy tensos. Este Gran Premio pasará a la historia". (DPA)


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