Silvia Carafa / La Capital
Melincué. - La laguna de esta localidad mantuvo en vilo a toda la comunidad durante el fin de semana. Una llegada inusual de agua elevó el pelo de la masa líquida por encima de los valores históricos y el fuerte viento del cuadrante sur aportó el resto para poner a la gente con los nervios de punta. Hubo intensos trabajos de bolseo para afianzar las defensas que, por ahora, protegen al casco urbano. Además entre los productores creció el viejo malestar como resultado de comprobar una vez más que la gran cantidad de canales clandestinos en la cuenca siguen descargando al ya incontenible espejo de agua. "Nadie controla nada y el tema del agua es un caos total. Todo el mundo hace canales clandestinos, el agua escurre cada vez más hacia la cuenca y la laguna crece en una forma inusitada", explicaron Alejandro Fernández y Delqui Nocino, representantes del Centro Económico local. Además dijeron que los efectos de las canalizaciones truchas se potencian por el alto grado de saturación de los terrenos, que hace mucho perdieron su capacidad de absorción. "Si llegan a ceder las defensas, se anegará el casco urbano", sintetizaron los portavoces de la histórica comunidad. Hasta ahora la única actividad que se está ejecutando para armonizar el equilibrio hídrico en la zona es el acondicionamiento del canal San Urbano, cuyos trabajos comenzaron aguas abajo, en las inmediaciones de Máximo Paz. Las otras dos obras adjudicadas en 2001 -la ampliación de los puentes sobre la ruta 93 y el canal regulador con la estación de bombeo- aún esperan una luz verde que las ponga en acción. Según Fernández y Nocino, los puentes del canal San Urbano sobre la ruta 93 son "verdaderos cuellos de botella para Melincué". Aseguraron que "cualquier aporte extra de caudal en ese cauce excedería la capacidad de transporte que tienen esos puentes y el líquido tendría un efecto de retroceso hacia la zona urbana". "Las tres obras proyectadas deben realizarse en forma simultánea -explicaron- ya que si desde Venado Tuerto llegara el drenaje proyectado hacia este distrito sin haber ensanchado los puentes no habría canal regulador capaz de contener los anegamientos". "Le pedimos al gobierno de Santa Fe que con la ayuda que recibe de la Nación busque la forma para que estas obras se realicen cuanto antes. Sentimos que no podremos esperar los 18 meses en que están pautadas las tareas", graficaron. También dijeron que si se mantienen los actuales parámetros de alta cota y vientos fuertes, el agua terminará por cruzar la ruta 90, que es la frágil frontera entre la laguna y el pueblo. De hecho, esa cinta asfáltica presenta dos tramos destruidos y cerrados al tránsito. Uno de esos cortes ya lleva al menos dos años con la ruta anegada y el otro se inundó durante el pasado mes de febrero, dejando a Melincué sin tránsito hacia Elortondo. De ese modo sólo hay dos formas de salir: por la ruta 93 hacia Firmat o retomar la ruta 90 después de cruzar sus trayectos inutilizados. El hecho acumula graves perjuicios ya que en esta localidad funcionan los Tribunales departamentales. "Nosotros siempre hemos advertido lo que después termina sucediendo con el agua, pero nuestros funcionarios provinciales son tan incompetentes que actúan sobre los hechos consumados", enfatizaron los vecinos, y desplegaron una larga lista de avisos que sobre el tema hicieron llegar a través del tiempo a los responsables santafesinos. "Hace 24 años que le decimos a cada uno de los gobiernos de turno que necesitamos un canal regulador y hace la misma cantidad de tiempo que nos topamos con la inoperancia de los funcionarios", remarcaron. "Es una vergüenza lo que nos hacen. ¿Tenemos que esperar que el agua esté dentro de nuestras casas y haya muertos?", se interrogaron los voceros del Centro Económico, quienes además dijeron que algunas familias que viven en la zona periférica ya se autoevacuaron por prevención. Para la gente del lugar, el hecho de que la laguna alcanzara niveles tan altos en su cota sonó como una alerta máxima, ya que en esta ocasión no pueden predecir hasta dónde seguirá entrando agua.
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