Para el concejal del Frente Grande, Pablo Farías, resulta inexplicable que se haya interrumpido la defensa del Salado sobre el borde oeste de la ciudad a la altura del hipódromo. "De haber seguido la construcción aunque sea un kilómetro más, se hubiera evitado el ingreso de la masa hídrica que inundó la mayor parte de la ciudad", aseguró. "El agua que inundó casi un tercio del casco urbano de la ciudad ingresó exclusivamente por ese lugar", insistió.
"Más allá de que si hubo o no presiones de interesados o de propietarios de los terrenos por los que tenía que pasar la defensa eso no deja de lado la responsabilidad del Estado, que debía hacer esa defensa de la forma que fuera porque la utilidad pública que tiene excede los intereses personales", comentó Farías. Además dijo que una vez desatada la catástrofe también hubo demoras para tomar medidas que la hubieran amortiguado como la eventual voladura del terraplén del puente de acceso a la autopista.
"El problema es que allí pasa el caño que alimenta de gas natural a la ciudad, así que se decidió no hacerlo, cuestión discutible porque si ponemos en la balanza la catástrofe que tuvimos, al lado de haber quedado sin gas la ciudad, el problema hubiese sido menor", argumento Farías. Y fue por más, "si a eso le sumamos que gran parte de la zona que se inundó no tiene gas natural, la decisión política parece mucho más reprochable", disparó.
Según el edil, si se toma en cuenta que la defensa está construida a cota nueve metros y el río apenas superó la cota de ocho, de haber existido la defensa que luego se levantó en medio de la emergencia, el agua no habría entrado a la ciudad. "Sólo hubieran quedado desprotegidas algunas zonas del noroeste del sector urbano y la dimensión de la catástrofe hubiese sido sensiblemente inferior", describió.
El hecho de que el punto vulnerable se cerró con una contención de emergencia de 500 o 600 metros, que se construyó en cinco días, es una muestra de que si se hubiera extendido la defensa un kilómetro más, pasando por detrás del hipódromo, hubiera evitado el ingreso del agua a la ciudad. "Es responsabilidad absoluta de la provincia", aseguró Farías. Además acotó que la falta de operatividad de la defensa funcionó como un dique que por demasiada cantidad de tiempo provocó que el nivel de agua dentro de la ciudad superara a la del río Salado.
Necesidad imperiosa
El tercer tramo de la defensa oeste que nunca se realizó comprende unos 19 kilómetros hasta Recreo y en su momento no se hizo. "Ahora se planteó con crudeza la necesidad imperiosa que había que haber terminado esa defensa, pero aún sin haberla hecho en forma completa, con sólo un kilómetro, se hubiera evitado el 90 por ciento de la catástrofe", enfatizó.
Para Farías, no sólo hay responsabilidades previas a la emergencia, sino durante la misma. "Pudieron tomarse medidas que hubieran reducido la magnitud de la catástrofe, hubo demoras exageradas para la voladura de la avenida Mar Argentino y del terraplén Irigoyen", comentó. Además dijo que quienes estaban viendo la emergencia hídrica en los departamentos del norte, no podían dejar de suponer que en algún momento el agua se iba concentrar en "el gran embudo que es el oeste de la ciudad de Santa Fe", explicó.
El concejal dijo que no tiene en claro cómo repartir las responsabilidades entre el gobierno municipal y el provincial. "No había conciencia entre las autoridades de lo que se avecinaba o hubo una falta de coordinación de información o nadie terminó de advertir lo que se venía", comentó.