Fernando Toloza / Escenario
La esperada segunda parte de la película "The Matrix" se estrena en Rosario el próximo jueves y ya cuenta con el aval de la taquilla de los cines de los Estados Unidos, donde el filme recaudó 42,5 millones de dólares en su primer día de exhibición en ese país. La cifra, según los ejecutivos de la Warner Bros, es un nuevo hito en la historia de la recaudación. Por otro lado, el filme también abrió un frente en el Festival de Cannes, donde revolucionó la jornada del jueves pasado pero fue recibida con frialdad por la crítica. "Matrix recargado" retoma las aventuras de la primera parte y cuenta con el mismo elenco: Keanu Reeves, Carrie-Anne Moss y Laurence Fishburne. En el primer capítulo de la saga el hacker Neo (Reeves) recibía la noticia de que el mundo no era tal como él creía, sino una gigantesca fabulación regida por una computadora, fuera de la cual, al parecer, no había vida. Trinity (Moss) y Morfeo (Fishburne) convencían a Neo de la existencia de otra realidad y de una profecía según la cual el muchacho podía ser el líder de un movimiento de resistencia. En la segunda parte, Neo y sus amigos están fuera de Matrix (la computadora omnipresente que controla los destinos humanos), en la ciudad de Zion, el único sitio donde los seres humanos viven libres de la influencia de los ciberprogramas. Sin embargo, la suerte del lugar se encuentra amenazada por las máquinas y un ultimátum feroz. La necesidad de hallar una salida lleva a Neo, Trinity y Morfeo de nuevo a Matrix. Para ellos, el complejo mecanismo computacional guarda un secreto que, si lo descubren, permitirá una chance para la especie humana. Según se anticipa, en la segunda parte volverán a estar los elementos que sorprendieron en la primera. Los hermanos Wachowski, directores de los filmes, se inspiraron en el animé japones, la filosofía, las religiones, la mitología, algunos clásicos de la ciencia ficción como Philip K. Dick y William Gibson, la obra de Lewis Carroll ("Alicia en el país de las maravillas") y las artes marciales, entre otros. Pero todo ello sin solemnidad, ya que los realizadores son capaces, según contaron los actores, de hacer una cita de la filosofía platónica para pasar después a una broma relacionada con la dispepsia. O también de aconsejar a Keanu Reeves que lea el libro sobre los simulacros escritos por el filósofo francés Jean Baudrillard, para algunos un brillante teorizador y para otros, que lo comprobaron cuando pasó por Rosario, un aburrido charlatán.
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