"Todavía están desesperados y shockeados por lo que pasó, no saben qué hacer y necesitan ayuda porque todo lo que tenían quedó bajo el agua". El padre Joaquín Núñez describió así la situación de las familias que desde hace unas semanas se acercan a los centros comunitarios de zona oeste de la ciudad en busca de ayuda. El sacerdote ya recibió a cuatro familias, que en total suman unas 25 personas que llegaron escapando al drama de las inundaciones. "Cuando se vino el agua sólo alcanzaron a sacar a los chicos de las casas, y cuando volvieron por sus cosas, ya no quedaba nada", contó el sacerdote, que comenzó a recibir pedidos de ayuda los primeros días de mayo. Otros evacuados llegaron a la zona noroeste de la ciudad. En el barrio Toba, donde trabaja la hermana María Jordán, también hay nuevos vecinos que buscan ayuda. La hermana contó que ya recibió a "una abuela y una familia con muchos chicos que llegó a Rosario desde la localidad de Recreo".
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