Hermes Binner fue testigo directo, aunque involuntario, de las idas y vueltas en torno a la supuesta renuncia de Carlos Menem a su candidatura a jefe del Estado. Es que el intendente de Rosario concurrió ayer a la Casa de Santa Cruz en la Capital Federal para participar de una reunión pautada previamente con el "futuro presidente", Néstor Kirchner, ante quien fortaleció su respaldo. En ese marco, y pese a poner los reparos del caso, alertó que del riojano "siempre hay que esperar lo peor".
Consultado por La Capital tras el bombardeo de preguntas al que lo sometieron los movileros porteños, Binner calificó de "muy bueno" el encuentro que mantuvo con el delfín duhaldista, a quien notó "muy preocupado" por la situación que tiene al riojano como protagonista central.
Acerca del eventual renunciamiento del ex mandatario, el socialista no dudó en enfatizar que se trataría de "algo lamentable, porque no se completaría el proceso electoral" a través del ballottage previsto para el domingo próximo.
De inmediato, el intendente consideró que el posible paso al costado de Menem "no deslegitima" una futura administración de Kirchner, aunque insistió en que "sería mejor" que el proceso se cierre tal como lo dispone la Constitución.
Mientras la ola de confusión seguía creciendo, al tiempo que se potenciaban las versiones sobre una jugada destinada a herir y debilitar al gobernador santacruceño, el socialista dijo que, "parafraseando a Guillermo Estévez Boero, de Menem siempre hay que esperar lo peor".
No obstante, Binner dio muestras de seguridad al analizar un virtual final de la extensa carrera política del candidato del Frente por la Lealtad: "Menem es parte del pasado. Hay que dar una vuelta de página y pensar en el futuro".
Buena sintonía
Respecto a la reunión que compartió con el patagónico, programada poco después de las elecciones del 27 de abril con el objetivo de consolidar apoyos para la segunda vuelta, enfatizó que "al futuro presidente lo vi muy distendido, con propuestas económicas y sociales".
Tras destacar que Kirchner se interesó por "la realidad de los rosarinos y las soluciones que encontramos en el área social", el intendente reveló que, a su turno, le planteó sus inquietudes sobre obras de infraestructura para la región, como la reparación de la avenida de Circunvalación.
Pero también se trajo una promesa: en caso de asumir como presidente, el santacruceño estará en la ciudad el 20 de junio para participar del acto oficial por el Día de la Bandera.
Si bien Binner hizo hincapié en "la predisposición al diálogo" del postulante del Frente para la Victoria, algo que estimó "necesario para el país que hay que construir", dejó picando una advertencia.
"(Kirchner) tiene en sus manos dos alternativas: o plantea una política de suma, de integración con los distintos sectores económicos y sociales, o se encierra tipo (Fernando) De la Rúa, ¿no? Y eso es algo que ya vivimos todos los argentinos", sentenció.
Binner, quien mantiene su candidatura a gobernador en la gatera, también admitió que "hubo alguna foto (junto al santacruceño) por ahí", consolidando, de este modo, el abierto respaldo a Kirchner que las máximas autoridades del socialismo definieron la semana pasada.
Lo cierto es que la reunión para tratar pura y exclusivamente el tema del ballottage comenzó a gestarse días después de la primera ronda en las urnas, aunque la grave inundación que afecta la ciudad de Santa Fe obligó a posponerla. "A Binner lo llamaron, pero no era el momento", deslizaron voceros socialistas.
Jornada a full
Poco antes del encuentro con Kirchner, el intendente, acompañado por el secretario de Hacienda, Angel Sciara, mantuvo una reunión con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias.
"Le agradecimos lo que hizo por la ciudad, porque el programa Rosario Hábitat tiene hoy un desarrollo extraordinario. Hay 2.600 familias que resuelven su problema habitacional", sintetizó Binner.