Año CXXXVI
 Nº 49.841
Rosario,
miércoles  14 de
mayo de 2003
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La noticia llegó a Rosario cerca del mediodía

Daniel Leñini / La Capital

"Se bajó Carlos, levantamos todo". El primero en conocer en Rosario la decisión del riojano de no presentarse al ballottage (la que hasta anoche no ratificó) fue el sindicalista Oscar Barrionuevo, de Obras Sanitarias. Eran las 12.10 cuando cortó la comunicación con un ladero de Carlos Menem en el Hotel Presidente; al girar se enfrentó a un redactor de La Capital, ocasional escucha del final de la charla.
Al sindicato de calle San Luis 2145 había concurrido una decena de dirigentes para coordinar la visita (luego suspendida) que iba a realizar hoy Menem a la ciudad: el diputado Carlos Bermúdez, los concejales Luisa Donni y Alberto Burgoa, los gremialistas Jorge Bilicic y Jorge Rojas, el ex diputado Danti Aranda y un par más.
El comentario en el salón, hasta ese momento, había girado en torno a que ya la noche anterior (lunes) se habían producido señales de que Menem podía faltar. Pero -según se explicó- porque tenía que filmar un nuevo comercial para las últimas horas de campaña.
La Capital se comprometió a no revelar el nombre del operador menemista que habló desde Buenos Aires a cambio de algunas precisiones. Entonces Barrionuevo cedió: "Dicen que quedó solo en la posición (de seguir hasta el final). Que habría un fuerte pedido de gobernadores e intendentes donde se ganó en primera vuelta que no quieren una derrota en sus territorios en una elección que no aporta nada", apuntó.
A partir de allí los concurrentes, tras barruntar opiniones diversas, recurrieron a los propios celulares para enlazar algún contacto en Buenos Aires que corrobore la decisión. En definitiva no había sido la voz del riojano la que se había escuchado. Y costaba aceptar.
Alguno que otro logró colar una llamada y las respuestas reforzaron el argumento sobre la presión del elenco: "Marín (Rubén, gobernador de La Pampa), uno de los dirigentes más lúcidos y valorados por Carlos, le habría dicho que lo mejor era bajarse; que se sacrificara en pos de mantener los liderazgos provinciales donde hay elecciones por delante. Menem lo escuchó tranquilo, abierto, y parece que ya decidió".
Otro ofreció una nueva punta. "Ya está, se bajó; levantó el acto que tenía a esta hora en Adepa (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas) y parece que ya mandó la orden de suspender los spots televisivos".
"No me digas, no lo puedo creer", le contestó el legendario Tula (en Buenos Aires) a su hermano que le daba la primicia desde Rosario. El hombre del bombo largó todo y se fue al Hotel Presidente.
Carlos Bermúdez, eterno seguidor de Menem, se animó a contestar a La Capital: "Respeto la decisión y estoy seguro de que la explicación no tardará en brindarla. Menem fue un eterno luchador pero este ballottage no iba a ser entre él y Kirchner sino contra todo el antimenemismo".
Las caras repitieron la tristeza. Hubo quienes se sentaron en un bar a mirar los canales de cable que recién comenzaban a husmear algo. Una voz rescató un aspecto de la cuestión: "Fuimos los primeros en enterarnos porque Carlos nos tiene por leales. La decisión del líder está tomada, ya vas a ver". Estaba confiado, pese a que cerca de la medianoche todo naufragaba en un mar de dudas.


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