El economista Antonio Margariti señala que la ciudad de Santa Fe está soportando la prueba más cruel que sufrió el país en el último siglo, más grave aún que el recordado terremoto que en 1944 destruyó gran parte de la ciudad de San Juan. "Después de este cataclismo la ciudad cuyana fue reconstruida con edificios antisísmicos, poca altura, anchas avenidas y hermosos parques, para prevenir las consecuencias de un nuevo sismo", recuerda. El economista estimó que Santa Fe debe aprovechar esta misma lección y tiene que resistirse a rehacer sus barrios tal como estaban antes del colapso hídrico. "Hay que hacer una nueva Santa Fe aprovechando la lección de esta dolorosa experiencia". "La catástrofe del río Salado nos deja otra lección. Debe abandonarse el desconocimiento supino de la realidad hídrica y topológica. No se puede gobernar un territorio ignorando la geografía y por eso, la estructura de gobierno tiene que hacerse sobre la base de áreas homogéneas y no sobre la base de sectores de actividad como si fuera un gobierno nacional. La geografía es la que manda en una acción de gobierno provincial", consideró Margariti. Santa Fe está compuesta por cuatro realidades geográficamente diferentes: el parque chaqueño (que abarca los departamentos del noroeste); los bajos submeridionales (que son precisamente los que fueron invadidos por el río Salado); el monte húmedo que penetra por su flanco oriental recostado sobre los ríos Paraná y San Javier y llega hasta las proximidades de la capital provincial; y la pampa húmeda que abarca gran parte del centro y sur santafesino. Entre las primeras tres regiones y la última existe una clara división transversal que las separa y que se llama la "franja del espinal" caracterizada por la presencia de especies vegetales como el espino corona y otras semejantes. "Cada una de estas cuatro regiones debiera ser tratada en forma diferente desde el gobierno provincial, porque cada una de ellas tiene una problemática económica, geográfica y humana distintas, como se ve en la tragedia del Salado", remarcó el economista. Desde el punto de vista del espacio territorial, la ciudad de Santa Fe está enclavada en una encrucijada de ríos y lagunas. Es la capital virtual del sistema geográfico denominado Gran Chaco. Rosario, en cambio es la capital virtual de la pampa húmeda. Por eso Santa Fe tiene una clara orientación hacia el norte, apuntando al hinterland del Mercosur y Rosario hacia el sur apuntando a las rutas oceánicas. "Antes de lanzarse a gastar miles de millones de dólares para reconstruir lo que estaba mal localizado, las autoridades debieran convocar un panel de técnicos en hidráulica, geográfica, urbanismo, organización espacial y equipamiento del territorio, volviendo a releer los libros que han escrito excepcionalmente autores que analizaron nuestro territorio: Curto Erico Papadakis, que hizo un magistral tratado sobre ecología de los cultivos de la provincia de Santa Fe, analizando parcela tras parcela la capacidad potencial de cada palmo del territorio provincial", insistió.
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