Año CXXXVI
 Nº 49.838
Rosario,
domingo  11 de
mayo de 2003
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Catástrofe. Aunque el desastre de las inundaciones no finalizó, comienzan a barajarse propuestas para la refundación
Cómo se reconstruye la ciudad de Santa Fe
Por un lado está el tema de los recursos, por otro las estrategias de desarrollo. Habrá un antes y un después para la capital. Alternativas de relocalización

Marcos Cicchirillo / La Capital

Cuando aún las pérdidas humanas y económicas provocadas por las inundaciones en el centro oeste provincial no terminan de calcularse, la tarea de la reconstrucción se impone en la agenda de las necesidades inmediatas. En forma de borradores, propuestas aisladas o diagnósticos, ya se discuten el costo y el rumbo a tomar en la refundación de la ciudad capital y su área de influencia. Una tarea gigantesca que, por sí misma, se convertirá en los próximos años en una agenda de desarrollo para la economía provincial.
El gobernador Carlos Reutemann arrancó fogoneando la constitución de un organismo paralelo a la estructura del Estado, con presupuesto propio para la gestión de la reconstrucción del norte provincial y que remita directamente a él. Su intención es que esté integrada por funcionarios, profesionales y referentes de distintos ámbitos de la sociedad. Pero nada está definido: quienes lo dirigirán, cuál será el plan o los fondos con los que contará.
Empresarios, gremios y especialistas reconocen que la reconstrucción requerirá una articulación de los esfuerzos -donde el Estado deberá cumplir con un rol preponderante- así como el establecimiento de prioridades, ya que los recursos económicos disponibles son escasos, tanto por la magnitud de la catástrofe como por la realidad que atraviesa la Argentina.
Entre los distintos actores surgen diferencias en torno al modelo de gestión a desarrollarse. Las autoridades provinciales avanzaron durante los últimos días sobre la idea de Reutemann junto con funcionarios nacionales del riñón del presidente Eduardo Duhalde. Sin embargo, especialistas y referentes empresarios pretenden que el organismo no se transforme en un ministerio burocrático más y se recree en Santa Fe una suerte de unidad del fondo de reconstrucción del conurbano bonaerense, muy salpicada por denuncias de corrupción durante los 90, por haber convertido un fondo de más de 7.000 millones de dólares en botín de guerra de los zares del aparato bonaerense.
A diferencia de lo que ocurrió durante la gobernación de Duhalde, los recursos disponibles hoy son más bien escasos. La provincia contará por el momento con desembolsos de 175 millones de dólares del crédito pendiente del Banco Mundial, 150 millones de pesos que comprometió el gobierno nacional de manera "excepcional", más 15 millones de pesos semanales por el reconocimiento de las acreencias que tiene Santa Fe con la Nación.
Un número corto si se lo compara con los 1.500 millones o 2.000 millones de dólares que bajaran algunas organizaciones como la Fundación Libertad y que desliza desde algunas esferas el propio gobierno provincial. Otros analistas relativizan esas cifras, simplemente porque sostienen que faltan datos fehacientes para medir el verdadero impacto de la catástrofe.
Organizaciones del norte provincial, entidades empresariales, instituciones y gremios de trabajadores señalaran la semana pasada en un documento que se debe "redefinir la relación de la provincia con el Estado nacional en orden a la imposibilidad de afrontar los costos de la reconstrucción, en la medida que se siga produciendo el enorme drenaje de recursos hacia la órbita nacional signado por un desbalance contributivo sin la debida correspondencia".
Una fórmula para garantizar recursos que se baraja es que Santa Fe se pueda quedar al menos con una porción del 20% de las retenciones agropecuarias que salen de la bota santafesina y se transfieren a las arcas de la Nación. Un ingreso de fondos de esa magnitud ayudaría a inyectar dinero después del duro golpe que sufrió y cuyas consecuencias pagará la economía provincial durante los próximos años.
Porque a las pérdidas generadas en la producción y patrimoniales se suma la grave problemática del factor humano, debido a que los efectos de las inundaciones sobre la salud y psiquis que produce un siniestro de estas características sobre la población pueden impactar negativamente sobre la economía regional sino es atendida de forma adecuada.
La provincia debe enfrentar entonces no sólo los costos de la reconstrucción sino una agudización del empobrecimiento de la población, que redunda a su vez en menores ingresos para afrontar las secuelas. Economistas como Tulio Ceconi de la Fundación Mediterránea señalan que ya no le quedan dudas de que la capital provincial "se parecerá más a las ciudades del norte empobrecido que a las del sur pujante".

La facha es lo de menos
Por esta razón, la mayoría de los especialistas coinciden en que la reconstrucción tendrá que apuntar hacia un plan estratégico para fomentar un desarrollo económico y social de toda la provincia, y descartan de plano una refundación con una ciudad igual a la existente previo a la catástrofe.
Las opiniones en torno a los trabajos de infraestructura también abrieron el debate. Una importante cantidad de la población quiere volver a sus viviendas, otras directamente dicen que no retornarán ni a buscar lo poco que les queda. Un cuadro que pinta de cuerpo entero la intención de los primeros es la de aquellas personas que se encuentran parapetadas en los techos de sus casas desde el comienzo de la inundación y se niegan a abandonarlas.
Funcionarios del gobierno provincial y numerosos sectores de la sociedad señalan que la refundación de la capital tendrá que incluir necesariamente una reubicación de barrios, readecuación de canales y puentes, construcción de defensas, sistema de prevención, etcétera.
También están los que van un poco más allá y planean una nueva radicación para la capital provincial. El ejemplo está en la misma historia de la ciudad. Los españoles siglos atrás se encontraron con un escenario similar cuando Cayastá quedó bajo el agua y decidieron trasladar su sede a la ubicación que tiene actualmente la ciudad de Santa Fe. Un poco más cerca en el tiempo fue el terremoto de San Juan en 1944, que derivó en una redefinición de la ciudad teniendo en cuenta los accidentes geográficos de la región.
Todo esto conducirá a un replanteo de lo que hasta hace poco trazaban autoridades y grupos económicos para el desarrollo de la capital, que tenía a la cuenca del Salado como un patio trasero al que se le prestaba menor atención. El ingreso del agua por los fondos se llevó puesta a buena parte de la inteligencia capitalina, que durante los últimos años concentró sus esfuerzos en la reconstrucción del puente Colgante, una segunda conexión con Paraná o la conversión de la terminal portuaria en una suerte de Puerto Madero.
El presidente de la Bolsa de Santa Fe, Gustavo Vittori, señaló que las inundaciones sacaron a flote que "las políticas públicas estuvieron equivocadas", por lo cual "es una buena oportunidad para replantearse el proyecto de provincia que buscamos".
Varios hombres de confianza del gobernador y especialistas promueven proyectos que implican relocalizaciones poblacionales. Con programas de desarrollo productivo, creen que municipios y comunas de la región se mostrarán interesados en sumarse a un proyecto de estas características, ya que las últimas décadas sufrieron la incesante migración de los pobladores hacia las grandes urbes y la amenaza de su extinción.
En el imaginario de algunos de ellos están los lineamientos de trabajo que encaró Reconquista después de las inundaciones en 1998. Otros, políticas similares a las llevadas adelante por Brasil (por ejemplo, en Brasilia) o en algunas regiones de Estados Unidos.

De dónde sale la plata
El ministro de Hacienda provincial, Miguel Angel Asensio, señaló que están gestionando y analizando en varias líneas de crédito de organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Mundial y de entidades financieras locales y extranjeras, que en algunos casos acercaron ellos mismos propuestas al gobierno santafesino para el otorgamiento de líneas de crédito blando.
Todo está bajo estudio. Economistas consultados La Capital reconocen que se deberá armar una estrategia para optimizar los recursos y evitar, entre otras cosas, que una parte importante de esos fondos terminen consumidos en trabajos de consultoría innecesarios "porque en muchos casos ya existe información o informes técnicos disponibles que sólo son dados vuelta y nos salen fortunas", coincidieron.
Otra de las preocupaciones es que la toma indiscriminada de créditos redunde en un lastre aún peor de levantar en el futuro, así como un esfuerzo desigual para el resto de los santafesinos por la vía de mayores impuestos. De allí que los referentes de diversos sectores de la economía santafesina insistieron con un uso racional de los fondos y no gastar en obras faraónicas que sólo sirvan para las postales.
Algunos economistas señalaron que los préstamos internacionales podrían servir para encuadrar al gobierno provincial en una planificación de largo plazo, ya que requieren de planes concretos para ser aprobados. Entre las trabas para acceder a estos fondos está en que la mayoría de los casos se exigen como contrapartida desembolsos monetarios del propio Estado santafesino.
Para la captación de fondos en el mercado interno proponen la constitución de un fideicomiso que pueda incluir a bancos y administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones (AFJP) como mecanismo articulador y de control hacia donde se destinan los préstamos.
Dentro de las propuestas que están en los borradores del gobierno se barajan distintas fórmulas de créditos, subsidios, incentivos fiscales, entre otros. El gobierno previamente ya está trabajando en un relevamiento de los daños para filtrar a los oportunistas de turno.
El gobierno provincial también deberá enfrentar en el corto plazo una dura renegociación de los contratos con las empresas privatizadas de servicios públicos en materia de inversiones.
Todo está por resolverse. La lista de cuestiones a analizar se presentan inabarcables frente al tamaño del desastre. Incluidas las demandas contra la provincia, una práctica que tiene estudios jurídicos muy aceitados en la capital provincial, que podría transformarse en una nueva industria del juicio y llevar al quebranto del Estado santafesino.
Por el momento sólo comenzaron a esbozarse algunas propuestas de una reconstrucción que marcará a la provincia Santa Fe a lo largo de esta década. Una problemática que será difícil de resolver más aún cuando las heridas permanecerán abiertas en la población por un largo tiempo después de que se retiren las aguas.



La escasez de fondos, uno de los escollos a vencer. (Foto: S. Suárez Meccia)
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(Ilustración: Chachi Verona)
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