cartas

Gracias, compañeros de Luz y Fuerza

En estos tiempos tan difíciles en los que nos encontramos viviendo quiero hacer llegar mi eterno agradecimiento a los compañeros del Sindicato de Luz y Fuerza de Rosario por habernos acompañado a mi hija y a mi sobrina cuando el mundo se nos partía al medio al recibir la triste noticia de que debían amputar la pierna de mi querida hermana. Fue tan grande la desprotección que las tres sentimos que no dudamos en buscar ayuda o apoyo moral y fueron minutos escasos los que tardaron en llegar a nuestro encuentro. A partir de allí en ningún momento nos sentimos más solas. Si bien mi hermana merece eso y mucho más, nosotras no éramos más que tres almas en pena. Gracias, muchas gracias, y hago extensivo el reconocimiento a los doctores Milano, Dotti y a todo el personal del Sanatorio Los Arroyos que con su calidez humana contribuyeron a sobrellevar esta carga tan pesada. Gracias y que la vida duplique vuestro esfuerzo.
Graciela Cordasco