 |  | Denuncias en una marcha
 | Nuevamente los vecinos marcharon por las calles del barrio Ludueña para pedir una vez más justicia. El motivo que los convocó fue la muerte de Carlos Angel Gauna, el chico de 20 años abatido en agosto pasado por un policía en un baldío de Urquiza y Larrea. Ayer se cumplieron nueve meses desde que Gauna perdiera la vida en lo que la policía definió como un enfrentamiento en el desenlace de un intento de robo, pero los familiares del muchacho no dudaron en calificarlo como un caso de gatillo fácil. Y los vecinos y los amigos repitieron el rito. Caminaron en silencio hasta el descampado de Larrea al 500, donde recibió un disparo policial en la cabeza. Gladis Gauna, la madre del joven fallecido, denunció que fue intimidada en tres oportunidades. La primera ocurrió cuando fue a buscar a su hija María Eugenia a la escuela República de Venezuela y un hombre que viajaba en otro vehículo la siguió varias cuadras. "En el semáforo de Mendoza y Matienzo se puso adelante y no me dejaba pasar. Ahí pude ver que tenía un handy", explicó la mujer. El otro suceso amenazante se registró cuando Gauna divisó a dos hombres que se movilizaban en un auto mientras merodeaban por la puerta del Pami II, donde la mujer trabaja. El tercer episodio ocurrió. ayer a la mañana cuando un hombre le preguntó por teléfono "si le gustaba el juego de palabras. y después me dijo «veo muy negro que Blanco caiga»". Rubén Darío Blanco es el policía que disparó el balazo que mató a Carlos.
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