 |  | Tragedia en un hogar humilde detrás del Mercado de Productores de Fisherton Un nene murió en un incendio y su papá, que intentó salvarlo, agoniza Maximiliano, de 7 años, no pudo salir de la casa. Su padre, de 30, lo buscó en medio del fuego. Está gravísimo
 | Paola Irurtia / La Capital
Un nene de 7 años murió calcinado y su papá está gravísimo por las quemaduras que padeció al intentar salvarlo de las llamas, que destruyeron totalmente la casa en la que vivían. Otros dos hijos del hombre y su mujer pudieron salir ilesos de la vivienda, ubicada en Magaldi al 9600, que fue arrasada por el fuego. El incendio se desató a la madrugada, cuando Luis Gauna, de 30 años, dormía junto a sus tres hijos, de 9, 7 y 2 años y su compañera Silvia Altamirano, de 23. El mayor de los niños, Lucas, fue el que advirtió el incendio. Despertó a gritos a toda la familia, que salió hacia el descampado que rodea la casa, donde advirtieron que Maximiliano, de 7 años, no estaba con ellos: había quedado dentro de la vivienda. Luis, que hasta ese momento se encontraba ileso, reingresó a la casa a buscar a su hijo. Enfrentó el fuego con la ropa que llevaba puesta, tanteó entre las llamas los sitios donde podría haberse resguardado el niño y salió ahogado de humo e impotencia cuando el fuego crecía sobre su cuerpo.
Habitación arrasada El padre del pequeño sufrió quemaduras de en más del 90 por ciento de su cuerpo. "La piel parecía las hojas secas del otoño", contó su hermana, Silvia, que lo vio afuera de su casa, antes de su traslado al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez. Luis no perdió el conocimiento y ayer se encontraba estable. Pero la seriedad y el riesgo de las quemaduras dejaba a sus familiares con pocas esperanzas sobre su recuperación. El cuerpo de Maximiliano fue hallado en el suelo, acurrucado y completamente calcinado en medio de una habitación arrasada por el fuego. Cerca de él, los bomberos encontraron el cuerpo quemado de su perro. Lo único que quedó en pie fueron los esqueletos de las camas. Los colchones, los muebles y la ropa sirvieron al fuego como combustible. Al salir de la casa, la familia de Luis quedó desesperada y sola en medio de un descampado, donde se levanta el galpón que cuidaban. El predio se encuentra sobre el fin de la calle Agustín Magaldi. A unos cien metros se aprieta un caserío humilde, donde viven familiares de la mujer de Gauna, los primeros en llegar a ayudar a sus parientes. La falta de recursos del barrio es tal que la primera autobomba que llegó quedó atascada en un zanjón a 200 metros de la casa envuelta en llamas, en una calle improvisada que corta Magaldi a la altura del 9600. El camino, que ni siquiera tiene nombre, concentra a una gran parte de la barriada que la transita para tener acceso a Mendoza, única salida del barrio los días de lluvia. Luis y su familia llevaban menos de un año en esa casa de chapas. El hombre se había separado de su primera esposa, y madre de los dos chicos mayores, poco tiempo atrás. Después de conseguir esa casa como cuidador, llevó a sus hijos a vivir con él. Trabajaba como cartonero y "chatarrero" con su carro a partir de un accidente que le costó el puesto en el Mercado de Productores de Fisherton, donde había empezado como changarín a los 16 años. "Los asaltaron y recibió dos disparos en la cabeza. Las heridas no le dejaron secuelas, pero igual lo echaron y quedó desocupado, como casi todos en este país", contó Silvia. Después de reponerse del accidente y las desavenencias con la madre de sus hijos, Gauna había recompuesto su vida el año pasado. Su pareja se había terminado de mudar a la casa el fin de semana, cuando trasladó todos los muebles de la vivienda en que vivía. "Luis estaba contento porque los chicos habían empezado a ir a la escuela y tenían ropa nueva", contó Silvia, hermana de Luis, que ayer esperaba desolada el informe médico en el Heca.
|  Magaldi al 9600, el lugar donde murió Maximiliano. (Foto: Gustavo de los Ríos) |  | Ampliar Foto |  |  |
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