El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, instruyó ayer al Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), para que instrumente una línea de crédito por 1.000 millones de dólares para financiar exportaciones argentinas a cualquier mercado. Así lo dispuso luego de una reunión que mantuvo con el vicecanciller argentino Martín Redrado en la que, además, se intercambiaron propuestas para optimizar la paridad cambiaria entre el peso y el real. Redrado fue recibido ayer por la tarde por el primer mandatario del país vecino en Brasilia, donde desde temprano tuvo encuentros con altos funcionarios del gobierno brasileño. El funcionario argentino anunció al término de la reunión que Lula dispuso la apertura de una línea de créditos por 1.000 millones de dólares para financiar exportaciones argentinas "no sólo a Brasil sino a cualquier otro mercado", y dirigido a "todo tipo de empresas", ya sean pymes o grandes compañías. Los créditos tendrán garantía con documentos a cobrar en dólares emitido por los importadores, indicó Redrado mientras se trasladaba de Brasilia a Río de Janeiro para acordar con las máximas autoridades del BNDES los detalles técnicos de la línea crediticia, escala que no tenía prevista y que incorporó a último momento por la decisión de Lula. "El presidente (Lula) coincidió en la visión de insertar a Argentina y Brasil en el mundo, y para ello planteó la necesidad de generar hechos concretos, alianzas estratégicas y tiene que haber una acción concreta del BNDES. Le dije que necesitamos ayuda en comercio exterior y ahí mismo pidió la apertura de la línea de crédito", comentó Redrado sorprendido por lo expeditivo de la decisión. El tema se había conversado "tangencialmente" con el asesor presidencial, Marco Aurelio, y con el vicecanciller, Samuel Pinheiro Gimaraes, en encuentros que Redrado había mantenido durante la jornada de trabajo. La idea estaría dirigida a financiar a empresas exportadoras argentinas que carecen de crédito, aunque todavía faltan ajustar los detalles de la operatoria, como por ejemplo, a través de qué bancos se canalizarían los créditos en el país. Con Lula, el vicecanciller argentino también abordó la cuestión cambiaria, que comenzó a definirse momentos antes en los encuentros con Pinheiro Gimaraes y con el ministro de Hacienda, Antonio Palocci, al poner en marcha el Instituto Monetario bilateral, creado en enero. "Se han dado los primeros pasos" para "analizar el mejor camino" hacia una moneda común en el largo plazo, indicó Redrado. En ese sentido, explicó que Argentina propuso "trabajar en mecanismos de coordinación cambiaria" porque el "gran tema es fijar una banda para las disparidades en el comercio bilateral, que se generan cuando se dispara el tipo de cambio real". En tanto, "la idea de Brasil es que el Instituto trabaje sobre la ampliación del CCR (Convenio de Crédito Recíproco entre bancos centrales) para crear una moneda de cambio", agregó Redrado, quien resaltó que pese a las diferentes propuestas "se han dado los primeros pasos" para que en próximas reuniones "se vea de qué manera se implementarían estas medidas". La propuesta argentina de una banda cambiaria, que según la información oficial fue planteada en el marco del funcionamiento del Instituto Monetario, hizo reaccionar también a los otros dos socios del Mercosur, Uruguay y Paraguay. "Este sistema dará inicio a las políticas macroeconómicas que necesita el Mercosur y que Paraguay reclama desde hace tiempo", dijo en Asunción a la prensa local el viceministro de Asuntos Económicos Internacionales paraguayo, Rigoberto Gauto. En tanto, Uruguay no tiene en sus planes sumarse a una eventual iniciativa de este tipo, aseguró el presidente del Banco Central uruguayo, Julio de Brun.
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