En su reaparición pública luego de haber renunciado anteayer al Comité de Emergencia Provincial, el intendente Marcelo Alvarez aseguró en conferencia de prensa que tras la catastrófica inundación del río Salado, la capital santafesina experimentará "un antes y un después en la ciudad física y en la ciudad social".
"Los santafesinos debemos refundar la ciudad después de la catástrofe. Nos debemos dar una miniconstitución y aprender entre todos las lecciones que nos ha dado el río, como ha sucedido en otros lugares del mundo que han sabido salir positivamente de catástrofes similares", aseveró el titular del gobierno municipal.
Alvarez anunció ayer un paquete de medidas enmarcadas en el decreto que declaró el estado de emergencia hídrica en la ciudad de Santa Fe contemplando una serie de exenciones impositivas. Entre ellas se dispuso la eximición del pago de la tasa general de inmuebles y del derecho de registro e inspección y la suspensión del cobro de cuotas de la moratoria municipal vigente hasta fin de año para todas las viviendas y comercios afectados por la inundación.
Una cuestión operativa
El jefe del Ejecutivo, quien anteayer renunció al Comité de Emergencia Provincial en medio de versiones sobre supuestas divergencias con el gobernador, dijo sentirse apoyado por Carlos Reutemann y aclaró que su alejamiento obedeció "a una cuestión meramente operativa" con el objetivo de dar paso a la actuación en dicho comité de funcionarios del Ejecutivo Municipal de las áreas de promoción comunitaria, obras y servicios públicos.
Acerca de los rumores sobre su presunto suicidio, que circularon en las horas previas a su alejamiento del Comité de Emergencia, Alvarez comentó que "eso para mí ya es historia. Fue una versión a la que le resté total trascendencia por lo inverosímil y la chatura moral de sus autores porque nadie puede estar lucrando políticamente con una bajeza semejante. El que hizo correr la política del rumor realmente no comprende la catástrofe que estamos viviendo", se quejó el intendente.
Alvarez aseguró que "no le consta" que exista algún tipo de estudio técnico que previera la magnitud de la crecida, sumándose así a la polémica suscitada entre el gobernador y funcionarios de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). "A mí no se me hizo conocer esos proyectos y en las áreas técnicas de la Municipalidad de Santa Fe no hubo ninguna comunicación oficial al respecto", enfatizó.
Además el intendente subrayó que "todos manejábamos la hipótesis de una crecida del río Salado, como la manejaban los medios y los ingenieros hidráulicos de la ciudad y la provincia, pero lo que hay que comprender es que en escasas horas el río llegó a una altura superior a un metro a la máxima registrada en el año 1973 cuando se cayó el puente de la autopista Rosario-Santa Fe".