Tras las tres carreras locas del comienzo de temporada, la Fórmula Uno se ha establecido en Europa y la perspectiva es diferente: el mundial está abierto. El finlandés de McLaren-Mercedes Kimi Raikkonen sigue al frente de la clasificación con 32 puntos, pero ahora tiene a sólo cuatro al alemán Michael Schumacher (Ferrari) y a siete a la revelación de la temporada, el español Fernando Alonso. El piloto de Renault es el invitado inesperado, pero no inmerecido. El joven de 21 años y el alemán de Williams-BMW Ralf Schumacher son los únicos que sumaron puntos en las cinco carreras disputadas, con una diferencia: el español se subió ya en tres ocasiones al podio con dos terceros puestos y un segundo, por ninguna de Schumy II. "Podemos ser competitivos en todos los circuitos", afirmó Alonso en Barcelona. "Queremos estar entre los tres primeros. Habrá algunos circuitos peores para nosotros, pero tenemos que pensar en ir a ganar a Mónaco y Hungría y estar en el podio en sitios como Silverstone y Suzuka. Clasificarnos quintos o sextos ya no nos basta", sentenció Mike Gascoyne, director técnico de Renault. Después de cinco carreras, Alonso ya demostró sus capacidades. Gran Premio tras Gran Premio va mejorando el concepto de "carrera perfecta": siempre rueda en los mismos tiempos y exprimiendo al máximo las posibilidades del Renault. Precisamente el rendimiento del coche anglofrancés es la segunda clave del éxito. El motor Renault aún está falto de potencia, pero el chasis diseñado en la factoria de la antigua Benetton en Inglaterra es excelente. Además, el equipo cuenta con la suspensión fabricada por Michelin, que trabaja perfectamente compenetrada con los neumáticos sacándoles el máximo partido. La elección de la suspensión, que fue rechazada por equipos como McLaren o Williams, también suministrados por Michelin lleva al tercer pilar del logro: las decisiones de la dirección de Renault. El equipo comandado por Flavio Briatore apostó a innovadoras ideas que han resultado bien, como los test privados de los viernes de los grandes premios, que otorgan a Renault valiosos datos de los que la competencia no dispone. El tridente al máximo de su rendimiento puede lograr cosas grandes, como demostró el domingo en Barcelona. En el circuito con la recta más larga del mundial y con los nuevos Ferrari F2003-GA siendo casi 20 kilómetros más rápidos que el Renault, Alonso se permitió mantener por detrás al brasileño Rubens Barrichello e incluso acosar a Schumacher en cabeza. Además, Renault disfruta del mal momento que pasan en Williams-BMW, donde no aciertan a resolver los problemas de estabilidad de su FW25 y están además envueltos en una guerra interna por la colaboración o no de la sociedad anglogermana. Con ese contexto, las perspectivas no pueden ser más halagüeñas para Alonso y Renault. Máxime cuando Briatore anunció en Barcelona que el equipo tendrá este año dos evoluciones del motor. La primera llegará ya en el próximo Gran Premio de Austria, el 18 de mayo, y en el entorno del equipo se asegura que rendirá diez caballos más de potencia. El trazado de A1-Ring, que está entre los que Gascoyne considera malos para el equipo, será una buena piedra de toque para el tridente que encabeza "Magic" Alonso. (DPA)
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