Marcelo Menichetti / La Capital
Desde el momento en que Mercedes Sosa, León Gieco y Víctor Heredia comenzaron su show del domingo último, cantando juntos "Vengo a ofrecer mi corazón", se comprobó que ningún aspecto de la cita quedaría librado al azar. La elección del tema fue un guiño de complicidad para los conciudadanos de Fito Páez y también obró como una referencia al momento crucial que vive la Argentina. También aludió a la recuperación de Mercedes Sosa de su afección cardíaca, esa que la atacó fieramente en diciembre y le impidió estar, en marzo y en abril pasados en el Anfiteatro, como estaba previsto. El reverente y cerrado aplauso que recibió a los tres ídolos indiscutidos de la canción popular argentina resultó tan impactante como emotivo. Una estocada de emoción atravesó los cuerpos de los más de cinco mil rosarinos que colmaron las instalaciones del estadio cubierto de Newell's Old Boys cuando los artistas cantaron juntos la canción de ofrenda. Después Mercedes quedó sola en el escenario junto a Colacho Brizuela, su guitarrista, y llegó la hora de la prueba de fidelidades. La cantante, recién recuperada de una severísima crisis de su corazón entonó "Oficio de cantor", de Miguel Angel Morelli, como para afirmar: "Aquí estoy de vuelta. Este es mi oficio y mi vida es cantar....". Esa actitud se pudo corroborar con el osado repertorio elegido tras una convalecencia, ya que la Negra siguió con "Maturana", "Guitarra dímelo tú", "Duerme negrito" y la complicada "Alfonsina y el mar", en una riesgosa apuesta a todo o nada de la tucumana. Luego, hablando de su elección, confesaría a La Capital: "Es un tema muy difícil, pero este tipo de canciones, si uno no las canta, después les agarra miedo....". Mientras la Negra entonaba temas como "Al jardín de la república" y "Antiguo dueño de las flechas" la platea guardó un expectante silencio, revelador de que cada uno de los miles de jóvenes y maduros espectadores que asistieron al show, disfrutaba las canciones como un regalo tan bueno como inesperado. Las explosiones de aplausos también expresaron el alivio al comprobar que la máxima voz de la música popular argentina había vuelto. Que a pesar de haberse enfrentado cara a cara con la muerte, estaba otra vez sobre un escenario, cantando para su gente. Luego regresaron sus discípulos y juntos, Sosa, Gieco y Heredia cantaron "Cinco siglos igual" y siguió el set solista del león de Cañada Rosquín, quien ofreció los temas de su álbum "Bandidos rurales" y los terminó vestido como tal, en una performance que ratificó su ascendiente sobre una ancha franja de público. Tras un breve intervalo el show siguió con el tramo solista de Víctor Heredia. El cantor de Paso del Rey brindó reconocidos éxitos como "Mara", "Informe de situación" y "Niños de plástico", entre otros. Su participación en solitario concluyó cuando, junto a Sosa y Gieco, entonó "Todavía cantamos", el himno que se impuso como un grito de resistencia que no cesa y que propone a la canción como sinónimo de la vitalidad de un pueblo que aún busca afanosamente su destino. El final llegó con las tres figuras cantando "Himno de mi corazón" y "Hablando a tu corazón", en una recurrencia de la palabra corazón que corroboró que el mensaje de los artistas fue de pecho a pecho, sacando el sentimiento a relucir para estampar una huella de afecto. Después de tres horas de show, los bises y la despedida se concretaron con dos temas inolvidables como "Razón de vivir" y "Sólo le pido a Dios". Así finalizó un concierto muy prolijo y con un brillante marco de público que colmó las instalaciones del estadio a punto tal que, en el ala superior izquierda de tribunas, muchos vieron el show de pie y soportando, apretujados, las tres horas que duró la función. El impecable sonido desmintió que el lugar no resulte apto para conciertos como alguna vez se sugirió. Parece que los técnicos encontraron la forma de solucionar los problemas acústicos definitivamente. Después de recibir la formidable muestra de cariño que le brindaron los rosarinos la Negra reconsideró su afirmación de que no resulta una figura querida por la gente: "La verdad es que sí, creo que el público me quiere", admitió ante La Capital en la intimidad de su camarín. Afuera el ulular tribunero exigía el regreso de sus ídolos, como si los tres conciertos no hubieran resultado suficientes. Pero habían pasado tres horas de show y de emociones fuertes, que afirmaron que, todavía, Argentina quiere cantar.
|  León, la Negra y Víctor Heredia, durante el show. |  | Ampliar Foto |  |  |
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