Año CXXXVI
 Nº 49.830
Rosario,
sábado  03 de
mayo de 2003
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Editorial
Hospital de la polémica

Cuando el 12 de enero de 1999, en la que parece ser una época lejana de la historia del país, se iniciaron las obras de construcción del nuevo Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), el intendente Hermes Binner lo calificó como "el más moderno del país" y aseguró que en un lapso de tres años iba a estar terminado. El brutal estallido de la crisis económica se encargó de desmentirlo al detener indefectiblemente el progreso de los trabajos, a tal punto que el 15 de enero del año pasado quedaron postergados hasta nuevo aviso. Eje de numerosas polémicas, el efector que terminó por convertirse en el símbolo de una administración municipal ha vuelto a ponerse en marcha. Sin embargo, aún falta mucho para que el ambicioso y cuestionado proyecto se convierta en realidad.
Demostrando que la recuperación, si bien tibia, es un hecho, la Municipalidad llamó a licitación para la realización de trabajos de albañilería interior en el gigantesco edificio de Pellegrini entre Vera Mujica y Crespo. El paso, aunque significativo, resulta pequeño: el monto a invertir es de poco más de un millón de pesos cuando la suma que se necesita para culminar la obra son nada menos que otros veinticinco. Para conseguirla, el municipio gestiona un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y en la proyección más optimista el emprendimiento podría estar terminado en dos años.
A esta altura la polémica semeja un ejercicio ocioso, pero no conviene olvidar los serios reparos que mereció la megalítica obra por parte de concejales de la oposición y de un destacado funcionario de la provincia. Críticas al margen, pocas dudas pueden caber de que el nuevo Heca forma parte de un país pensado con una visión de futuro que acaso haya sido desmesurada.
Ahora, cuando ya están terminados la estructura de hormigón, el cerramiento vidriado y la iluminación y albañilería exteriores, carecen de sentido los planteos destructivos y conviene fijar la vista en el porvenir. Resta concretar el cuarenta por ciento de la obra y ojalá la evolución de la economía permita el cumplimiento de los pronósticos atinentes al plazo de finalización. Una vez en funcionamiento el nuevo Heca contribuirá a convertir a Rosario en una ciudad mejor, que -como el país- deberá apostar con todas sus fuerzas por un crecimiento cimentado en la base del propio esfuerzo.


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