Año CXXXVI
 Nº 49.830
Rosario,
sábado  03 de
mayo de 2003
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Más de la mitad del stock ganadero de la provincia está en situación comprometida
El agro santafesino se hundió por el Salado
Una estimación inicial habla de pérdidas por 200 millones de dólares, aunque seguramente se duplicarán cuando se haga el cálculo final. Leche, soja y vacas, bajo agua

Patricia Martino / La Capital

El centro-norte de Santa Fe, una de las regiones más importantes del país no sólo por volumen sino por la diversidad de producciones, se encuentra bajo agua. Organismos oficiales y entidades del agro estiman que las pérdidas por el violento desborde del río Salado se ubican entre 200 y 400 millones de dólares, con el agravante de que el espectro de rubros afectados es muy amplio: ganadería de carne, lechería, agricultura y frutihorticultura, entre otras. Un solo dato permite dimensionar el desastre: más de la mitad del stock bovino de la provincia está afectado por el desastre.
En una primera estimación, el Ministerio de Agricultura, ganadería, Industria y Comercio (Magic) señaló que las pérdidas por las graves inundaciones en la zona centro-norte de Santa Fe superan los 200 millones de dólares, aunque los funcionarios consideraron que esa cifra "como mínimo se duplicará" en la medida que se incorporen a los cálculos los perjuicios inmediatos y por venir.
La producción agrícola tiene un millón de hectáreas sembradas con soja en los campos inundados. La actividad lechera se vio resentida por la intransitabilidad de los caminos y la consecuente dificultad para recoger la producción. En tanto, la ganadería vinculada a la actividad tambera también está comprometida ya que las secuelas sanitarias de la inundación afectarán y desvalorizarán la hacienda destinada a esa producción. Se calcula que un 3,5 millones de cabezas bovinas fueron afectadas por las lluvias.
El gobierno de Santa Fe consideró la situación como de "desastre" y declaró la emergencia provincial. Representantes del Ministerio de Producción se reunieron en Buenos Aires con el comité de Emergencia Agropecuaria Nacional para solicitar su homologación nacional. De esta forma los productores afectados por la inundación obtendrían una prórroga o una excepción del pago del impuesto a las ganancias. Las autoridades anticiparon que el próximo martes se reunirá la comisión provincial de Emergencia Agropecuaria para analizar la situación.
Mientras, el gobierno estudia utilizar parte del crédito con el Banco Mundial, por 330 millones de dólares, para destinarlo a paliar las pérdidas ocasionadas por la inundación.
En tanto, el gobierno nacional ya envió una ayuda por siete millones de pesos para paliar la difícil situación santafesina, luego de declarar en "emergencia" la zona de desastre. Duhalde anticipó que todo el dinero solicitado por Carlos Reutemann será enviado rápidamente.

Pérdidas que se suman
La zona comprendida por los departamentos Capital, Garay, San Justo, San Javier, San Cristóbal, 9 de Julio, Vera, Las Colonias y Castellanos tiene bajo agua un 90% del territorio y desde que se inició el temporal muchas localidades registraron entre 300 y 400 milímetros de lluvia en un día.
En cuanto a la superficie sembrada, un informe del Ministerio de Producción determinó que ya se había cosechado un 70% de la cosecha gruesa. Modesto Malvasio, del Magic, informó que la cosecha de soja ronda en un 40 por ciento de su superficie total, aunque otros cultivos como sorgo y maíz contaban con un menor avance. Considerando los rendimientos actuales de la zafra sojera por hectárea, la producción santafesina perdería unas 500/550 mil toneladas del grano, que, en caso de ser cosechadas, serán de calidad regular y con fuerte descenso en el valor comercial, aunque la alternativa inmediata que se avizora pasa por una pérdida total de la cosecha en las regiones inundadas.

Ganado comprometido
Sólo por ese concepto, el quebranto rondará los 160 millones de dólares, mientras que en la producción de ganado de carne también se verá afectada. La producción regional consideró que se estima que unos 3,5 millones de cabezas de ganado están aisladas, en potreros inundados y sin posibilidades de acceder a pastos o reservas forrajeras.
Esos animales perderán kilaje y calidad y, consecuentemente valor, por lo cual desde las entidades de la producción se estimó que los quebrantos en la actividad serán enormes, ya que un animal bien terminado puede venderse a razón de 1,93/1,98 peso por kilo, un valor que descenderá abruptamente pues habrá que sacar los vacunos de los campos, como se pueda y malvenderlos, consignaron dirigentes y productores.
Por su parte, Víctor Airoldo, de Federación Agraria Argentina (FAA) delegación San Cristóbal, consideró que la situación es muy delicada porque el agua produce la salinización de los suelos y eso hace que pierdan su aptitud agrícola la cual demora años en revertirse. Destacó además que se perdió el 100% de las pasturas.
"El nivel sanitario del ganado se mantuvo estable pero comenzará a debilitarse porque no tendrá anticuerpos", graficó a modo de ejemplo. Se estima que un millón de cabezas de ganado está "bajo el agua". La provincia de Santa Fe cuenta con un total de 5,9 millones de cabezas.

El día después
Asimismo, el representante de FAA sostuvo que las secuelas se sufrirán "más adelante" porque toda la zona depende casi exclusivamente del campo y advirtió que los productores deberán "utilizar su ingenio" para afrontar la difícil situación.
La producción lechera se mantiene al borde del colapso. El presidente de la Sociedad Rural de Sunchales, Gustavo Richiger, indicó que los animales están en el barro, no tienen qué comer y las raciones se agotan rápidamente. "En estas condiciones es muy difícil entrar a los establecimientos, los huellones son profundos y los camiones ingresan tirados con tractores pero es difícil llevar alimentos para la hacienda o retirar la leche lo que pone a la producción al borde del colapso", aseguró el dirigente.
En ese contexto, el vicepresidente primero de FAA, Pablo Orsollini, explicó que, tomando como muestra un par de establecimientos, de 2 mil litros de leche diarios que se producían, el volumen se redujo ahora apenas a 500, en uno de los casos, mientras que en el otro, de 1.500 litros, bajó a sólo 300. El dirigente agregó que la merma productiva en la producción láctea obedece a la imposibilidad de los animales de alimentarse, debido al anegamiento total de los campos.
Además, el tiempo promedio estimado de estabilidad del vacuno en pie sin alimentación, se reduce a unas 24/48 horas promedio, de acuerdo con estudios realizados por el Inta, privados y por representantes de las asociaciones de criadores del Holando Argentino, la raza más emblemática del país a la hora de producir leche fluida.
La Consultora de Climatología Aplicada (CCA) explicó que las intensas lluvias se deben a que una masa de aire estuvo inmovilizada en la zona y ese fenómeno producía las precipitaciones. La manera de remover esta masa es, según los analistas, con un frente frío. Este fenómeno se observa desde el miércoles en Buenos Aires y ya comenzó a subir.
Desde CCA aseguraron que los cambios estacionales no son atípicos en los países de latitudes medias como Argentina y remarcaron que siempre ocurren, por lo tanto se esperan.
No obstante, insistieron con que no es frecuente la cantidad de lluvia registrada y precisaron que se necesitan más horas de sol, las cuales son escasas en otoño, para que el agua se evapore y así revertir la situación.



No hay rubro agropecuario que se haya salvado.
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